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Los Atlanta Hawks se candidateaban como uno de los equipos que más iban a dar que hablar en la Conferencia Este debido a su gran proyecto comandado por Trae Young y acompañado por John Collins, Clint Capela, Rajon Rondo, entre otros, pero el comienzo de la temporada fue muy malo (14-20) y eso derivó en la destitución de Lloyd Pierce. En un cambio de 180º, con Nate McMillan como nuevo entrenador llevan una racha de 8-1 y ya están cuartos con un 22-20.

Desde la llegada de McMillan, el equipo es otro. En lo que va de marzo son la segunda mejor defensa de la NBA y el segundo con mejor Net Rating. El que estuvo siete años entre asistente y técnico de los Indiana Pacers es reconocido por centrarse mucho en la defensa y convertir a sus plantillas en competidores natos, algo que claramente está consiguiendo en los Hawks. Si bien esta dinámica de ocho victorias consecutivas y una derrota no es una locura de marca por los rivales que enfrentó (Magic, Kings, Cavs, Raptors y Heat, OKC, Lakers, Rockets y caída con Clippers) hay que poner en contexto que esta franquicia no conseguía esto desde la 2014/15, en la que fueron primeros del Este con jugadores como Paul Millsap, Kyle Korver, Al Horford, Jeff Teague, Dennis Schröeder, y demás.

Si miramos los números de los 42 partidos que disputaron, promedian 112.6 puntos y reciben 110.5. También hacen 97.6 tantos en cada 100 posesiones, siendo este el séptimo equipo que menos hace. Esto, como se mencionó antes, si juntamos lo de Pierce y lo de McMillan.

Lo que sigue en el corto plazo para ellos no es nada sencillo. Jugarán contra Sacramento Kings, Golden State Warriors, Denver Nuggets, Phoenix Suns, San Antonio Spurs y New Orleans Pelicans, con el condicionante que todos serán de visitante. Un largo camino queda para los de Altanta y en una conferencia tan pareja como la del Este, todos los partidos son importantísimos y todos pueden significar esa ventaja necesaria para afirmarse en las posiciones altas de la tabla.