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La crisis de Atenas no tiene techo y lo mejor que le pudo pasar fue que se acabara este año. La derrota ante Argentino 74-86 fue el último baldazo de agua fría para el equipo y para Sebastián González, que llegó hace menos de 40 días y todavía no pudo ganar un partido (0-7). Pero el problema es mucho mayor: ya perdieron 9 partidos de local (todos los que jugaron) y ganaron 1 de 15, hilvanando 13 caídas consecutivas, la peor racha de la historia, el peor arranque. Poco para agregar.

Contra los juninenses se volvió a ver el mismo problema de siempre: baja defensa y problemas para jugar con solidaridad el balón. Argentino le sacó 10 casi de la nada (11-1), y 22 en el segundo cuarto, con los locales anotando solamente 24 puntos en esos 20 minutos iniciales. Nada nuevo, pero no por eso menos preocupante. 

Con ese margen en el bolsillo, Argentino jugó bastante tranquilo la segunda mitad. Atenas amagó un par de veces meterse en juego, bajando la diferencia a 13 primero y a 10 a 2m30s del final, pero lo mismo: nunca pudo sostener defensivamente esa mejoría en ataque. Fue cómodo el 86-74 de Argentino, que tuvo en Jony Slider a su goleador, con 19. 

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