Basquetplus.com

No importa cuantas veces te caes, valen las veces que te levantas y así se puede describir a grandes rasgos la carrera deportiva de Jonathan Machuca, quien eligió el baloncesto profesional a los 16 años y nunca más miró hacia atrás, a pesar de que los fantasmas de las lesiones, más de una vez, fueron una pesadilla.

“Las lesiones son un tema aparte en mi carrera, me tocó vivir tres veces la rotura de ligamentos cruzados, de las peores lesiones que le pueden pasar a un deportista por el tiempo que conlleva de recuperación. La primera fue en Ben Hur a los 19 y no sabía lo que era lesionarme y la viví muy tranquilo, tuve mucho apoyo de la gente y la viví súper bien. La segunda en Olímpico fue peor, si bien tenía la cabeza puesta en que iba a volver bien, lo hice pero a los tres meses me volví a lesionar la misma rodilla estando en Libertad de Sunchales. Esa fue la más complicada, la que más tiempo me llevo y me hizo poner mucha más fortaleza mental para superarla. Nunca se me ocurrió dejar el básquet ni por cerca, pero al haber sido las dos juntas se hizo muy tedioso todo y me costó muchísimo la recuperación”, recordó Jonathan sobre sus fatídicos momentos con los infortunios de las lesiones.

Cuando pasan una tras otra como las que le sucedieron estando en Olímpico y Libertad de Sunchales, el cartel de jugador frágil o roto puede rondar en el medio y eso a la hora de contrataciones puede significar una traba. Por eso que trabajar a conciencia en el receso fue la clave para volver al ruedo y la liga chilena le abrió sus puertas para reencontrarlo con su forma.

“En Comodoro estuve un año y medio, la verdad que no jugué bien ya sea porque tenía molestias en las rodillas y al haber jugado muy poco en ese año y medio, los entrenadores empiezan a desconfiar un poco en un jugador con tres lesiones de ligamentos cruzados. Así fue que después de Gimnasia, no tuve propuesta de equipos de liga y me salió lo de Chile y me fui. Ahí hice un click en mi cabeza que me ayudó a volver a sentirme bien como jugador, me preparé muy bien en ese receso y en Chile me fue realmente bien, fue mi puntapié para recuperar la confianza en mi juego”.

En el país trasandino, Machuca se desempeño en Ancud, elenco conducido por su compatriota Lucas Zurita a quien le tiene un gran aprecio por la mano que le dio en ese momento: ““La experiencia en Chile me sirvió mucho para volver a sentirme yo mismo, a volver a encontrarme como jugador. En ese sentido me ayudó mucho Lucas Zurita que me dio la confianza y la posibilidad de ir a su equipo, por eso que le estoy muy agradecido. Ahí, en Chile, me trataron muy bien desde el primer día, llegué a un club ordenado y que trabajaba muy parecido a como se hacía en Argentina”.

El recuerdo del tío José.

Los Machuca son tres hermanos, Jonathan, Lucas y Enzo, los tres basquetbolistas profesionales y mucho se lo deben al tío José, quien se ocupó de inculcarles a los chicos el amor por el club de barrio y el básquet.

El club en el cual se formaron los Machuca fue Maipú, institución de la capital cordobesa y entidad en la que el tío oficiaba de dirigente. “Llegué ahí por mi tío que era dirigente, vivía cerca de casa y era una persona que estaba muy pegada a nosotros. Él nos llevó al club, nos fue llevando de a poquito y nos fue gustando, aunque al principio mucho no le dábamos bola al básquet, ya que nos gustaba más el fútbol. Con el tiempo le fuimos tomando el gustito al básquet y empezamos a ir todo el año"

En Maipú le gustó tanto jugar al básquet que cuando tuvo la chance de ir a un Campus en Ben Hur de Rafaela no dudo en ir: "Cuando sos chico vas jugas y disfrutas porque te gusta y todo se fue dando, nunca pensé que podía vivir del básquet hasta que me fui de mi casa y eso fue a los 16 años cuando salió una oferta de Ben Hur de Rafaela. Fui a probarme dos veces a unos campus ahí donde estaban coordinando Facu Muller y Julio Lamas y quedé en la segunda. Ahí decidí ir a probar suerte y ver cómo era  la vida del básquet y la verdad que me costó porque era muy chiquito, muy pegado a mi familia, pero valió la pena, a pesar de extrañar los primeros dos o tres años, hoy tengo una carrera y mucho se lo debe a aquella decisión que tomé cuando me fui a Rafaela"

En la primera no pudo ser, en la segunda si quedó y la disyuntiva de dejar Córdoba por Rafaela fue el escollo más duro para el mayor de los Machuca, quien a pesar de todo dio el sí: "Ben Hur venía de salir campeón y estaba en su mejor momento, llegué en una época muy buena. Al fin acabó tuve una buena decisión, estuve cuatro años y me sirvió para crecer muchísimo. 

Un debut de improvisto y medalla de campeón inobjetable

Los campeones en un plantel son todos, pero siempre los que juegan más minutos pueden sentirlo más que aquellos que apenas pisan la cancha. Pero para Jonathan la Liga Sudamericana 2006 es un título hecho y derecho, a pesar de haber jugado pocos minutos, pero hubo noche que lo necesitaron a full.

“Tanto Julio Lamas como Facu Muller son entrenadores que te marcan un camino y te dejan siempre muchos aprendizajes. Siempre suelo recordar que finalizando mi primera temporada jugábamos la Liga Sudamericana, estaban lesionados los dos bases y me tocó debutar de titular. Imagínate el cagazo (sic) que tenía (risas). Jugué con grandes jugadores al lado ese día, Leo Gutiérrez, Leandro Palladino, Walter Storani, Diego García, Jason Osborne, Ramzee Stanton, Raymundo Legaría. Pero bueno esa noche terminamos ganamos y todo salió muy bien por  suerte. Obviamente después no jugué mas durante el torneo y terminamos saliendo campeones pero una experiencia hermosa y difícil de olvidar”

El básquet, mucho más que un juego

El deporte por muchos casos para aquellos que son profesionales es más que un juego para lo bueno y lo malo. Para Joni poder dedicarse de lleno al básquet fue mucho más de lo que se imaginó algún día, mientras se debatía en duelos estelares contra Lucas (Enzo aún era muy chico para entrar en esa contienda) en el patio de la casa con lo que sea que podía oficiar de aro.

“Llevo toda una vida viviendo del básquet, viviendo cosas lindas y no tan lindas. Pero es un camino largo dónde vas conociendo gente, haciendo amigos, conociendo ciudades y gracias al básquet también forme la familia que tengo. Jugar en el extranjero es otras de las cosas lindas  que me dio el básquet. Conocer otros países, otras culturas, es algo que no tiene precio y que a su vez es muy lindo”.

En su mejor momento, San Martín

El Santo correntino en las últimas dos temporadas accedió a las semifinales de la Liga con un trabajo muy prolijo y formando un equipo que se planta en cualquier escenario. Jonathan Machuca es uno de los muchos armadores que tiene Diego Vadell en su plantilla y en quien el entrenador confía mucho, por eso que vistiendo la camiseta de San Martín se encuentran las mejores versiones del base cordobés.

“Llevo dos o tres años donde me siento muy bien tanto físicamente como deportivamente y ha sido acompañado en forma grupal con resultados. Con San Martín venimos peleando todos los campeonatos y eso ayuda mucho, sumado a la confianza que me tiene Diego (Vadell) y la apuesta que ha hecho el club para elegir a Diego como entrenador principal y en base a su idea ha elegido jugadores que se adapten a su idea y nos ha ido bien. Vine a San Martín a un proyecto nuevo, a una apuesta y nos ha ido bien a todos, así que estoy muy contento con este presente tanto individual como grupal”.

Entender los contextos y confiar en las apuestas, dos cuestiones que no te la dan sino que la misma madurez como persona y por eso que Jonathan Machuca hoy disfruta de su presente en San Martín, un equipo con un juego tan sobrio como la propia conducción de su base, el detalle que afirma que ambos están en un gran momento.

Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @osoresmauro