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La última vez que John Wall pisó una cancha de básquet de manera oficial como jugador fue el 23 de abril del 2021 y a partir de ahí fue toda una incognita su vuelta, su estado de salud con respecto a lesiones y su mirada a futuro en relación a su carrera, la cual en las últimas tres temporadas se vino a pique totalmente.

Con una renovación de gran calibre en los Wizards, pero sin poder demostrar mucho su valía a partir de lesiones, Wall fue perdiendo crédito en Washington y por consiguiente llegó al traspaso a Houston, donde poco pudo hacer para cambiar el presente de una franquicia en reconstrucción tras la ida de Harden y su estado de salud bastante sensible. Así fue que en los Rockets jugó poco y nada; y en la última temporada nadie quiso hacerse de sus servicios por su caro contrato y tampoco tuvo lugar en la franquicia Texana para lo cual estuvo toda una temporada sin jugar al baloncesto.

Aún le quedaba un año más de contrato, con salario alto por cumplir, pero esta vez optó por negociar con Houston una salida a otro equipo. Se compró su pase (buyout) y con él se fue a los Clippers para juntarse con Kawhi Leonard y Paul George, un dueto tan bueno como sensible a la lesiones. Con Wall serían tres en esa misma sintonía, pero quien te dice si llegan a tener una temporada sana, la cuestión para los Clippers será auspiciosa por donde se la mire.

"Verás, todos van a ver. Sé que mucha gente dice, 'Oh, él está hablando así y hablando así', pero sé cuánto trabajo me dediqué y lo que he pasado en los últimos tres años, siento que mucha gente se habría retirado. Siento que me mantengo fiel a mí mismo y tengo un gran grupo de personas a mi alrededor que me mantuvieron motivado", expresó Wall en una nota para ESPN.

No solo de lesiones fue el bajón anímico de Wall, sino también con perdidas familiares que también ponen al baloncesto en un segundo plano. “Lo más duro fue perder a mi madre y a mi abuela, fue devastador para mí. Creo que es el lugar más oscuro en el que he estado y a su vez esta nueva chance en los Clippers demuestra lo fuerte que estoy, soy fiel a mi mismo. El Baloncesto es mi santuario, esto es lo que me encanta hacer. Puedes tomar el dinero, puedes quitarme la fama, pero todo lo que quiero hacer es jugar al básquet”, subrayó.

Nueva etapa para Wall, nuevo camino para volver a sentir las sensaciones de ser un jugador de básquet y a juzgar por su elección no estuvo nada mal. Estos Clippers con él en la base se transforman en un equipo muy peligroso, solo la salud de sus figuras dirán hasta donde llegarán, que seguro que si están sanos, bien lejos será el destino final.