Franco Pennacchiotti, un paso a paso a la Liga Nacional
16:10 14/01/2021 | Transitó todas las categorías del ascenso, va camino a ser Licenciado en Economía y ahora disfruta de la Liga Nacional, la historia de Franco Pennacchiotti.
Bahía Blanca es sin dudas una ciudad emparentada con el básquetbol, una gran cantidad de clubes de barrio componen ese ecosistema basquetbolístico que abraza a cada chico nacido en esa ciudad a intentarlo, aunque sea una vez, a jugar con la pelota naranja.
Y como todo bahiense para Franco Pennacchiotti el básquet llegó a su vida de niño, a los nueve años en el Club Villa Mitre, a media cuadra de la juguetería de su papá, un combo a medida para que el club sea su segunda casa. "Comencé a jugar al básquet a los 9 años, después de haber probado con el fútbol un tiempito en el club que estaba cerca de mi casa, Libertad. Después me pasé al básquet en Villa Mitre que estaba media cuadra del local de mi viejo y además tenía un primo que iba y me terminó enganchando mucho más que el fútbol”, contó el espigado ala pivote.
A partir de allí se marcó el romance eterno de Franco con la pelota naranja aunque no exclusivo, puesto que en determinado momento el básquet quedó relegado en una segunda opción y pasó al frente el estudio, el querer obtener un título universitario pensando en el futuro. No obstante, antes de todo eso y destacándose en los torneos locales a Franco le llegó la chance de ser profesional en Estudiantes de Olavarría en el Torneo Federal donde logró conseguir el ascenso con el Bataraz en la temporada 2013/14.
Al regreso de Olavarría el estudio cobró mucha fuerza en su vida y decidió jugar solo lo que permitiera estar en su ciudad y estudiar, el básquet continúo siendo importante pero la prioridad la tenían los libros. “Después de la temporada con Olavarría que era estilo profesional, decidí quedarme a estudiar economía en la Universidad de Bahía, algo que para mí era una cuenta pendiente. Aproveché el momento que me daban los tiempos y elegí estudiar y jugar sin tener que viajar, participando de cualquier torneo profesional que se pueda pero sin moverme de Bahía”.
Afincado en su ciudad natal y con la carrera universitaria sobre ruedas, a Pennacchiotti le llegó la chance de jugar en un club emblemático de la capital del básquet, Bahiense del Norte, nada y nada menos que el equipo de donde surgieron tres Generación Dorada, Manu Ginóbili, Pepe Sánchez y el Puma Montecchia. “De Bahiense no puedo ser objetivo para decir algo, muy lindos recuerdos, muchos amigos y personas que quiero muchísimo” remarcó Franco, quien además tuvo el lujo de que Manu lo viese jugar en vivo.
“Creo que si ha ido a un par de partidos, en general están en el quincho con la familia y quizás salía asomarse a ver. Me ha dicho mi familia que ha estado viendo algún que otro partido, lo he cruzado pocas veces pero verlo si que te choca, a pesar de que los que jugamos en Bahiense es algo común ver a este tipo de figuras viendo los partidos de la liga local”, indicó.
El recorrido de su carrera basquetbolísitca lo llevó por Olimpo y por Villa Mitre nuevamente, dos enemigos íntimos de la ciudad, un clásico futbolero que por suerte para Franco no se trasladó al básquet: “La verdad que no me lo hicieron sentir el hecho de que me haya formado en Villa Mitre, la de Olimpo fue una temporada que me sirvió mucho para crecer, llegue a mitad de torneo a un equipo que le estaba yendo bastante bien y me enfoqué en insertarme de la mejor manera. La rivalidad no la tuve en cuenta para poder rendir”
Como quien cruza de una vereda a otra, Penacchiotti retornó a Villa Mitre para ser parte del equipo que obtuvo el Torneo Federal 2019/2020 y otra vez a jugar la Liga Argentina. El Covid se interpuso en la aventura del Verde y Negro en la segunda categoría del básquet nacional y con ello barajar y dar de nuevo para el entrevistado.
Una frustrada ida al básquet italiano le dio la posibilidad de recibir una oferta formal de Peñarol de Mar del Plata para jugar la Liga Nacional, un hecho mayúsculo para su experiencia y el momento de su carrera. “El ofrecimiento de Peñarol lo tomé como una gran oportunidad en un gran club. No lo busqué pero se dio y estoy muy contento de haber venido y de poder medirme en la máxima categoría a ver como estaba”.
Y ese “a ver como estaba” se transformó en 12.5 puntos y 7.8 rebotes en 28.6 minutos, unos números importantes para un jugador debutante que viene del ascenso. “La adaptación me ha costado bastante menos de lo que creí, pero si tengo mucho para corregir. Las situaciones claras hay que aprovecharlas porque no se da tan seguido, hay buena lectura de juego y por eso hay que aprovechar los buenos momentos. Las defensas son más intensas, tenes muchos más socuting por lo que tenes que jugar en un nivel concentración muy alto”, expuso el pivote haciendo un análisis de sus primeros meses de Liga Nacional.
Peñarol es un grande de la liga, no solo la cantidad de títulos lo avalan sino también su gente, una cuestión que a Franco le da pena no poder estar disfrutando: “En Villa Mitre viví de cerca lo que es un club de barrio grande con muchos seguidores, algo muy similar a Peñarol y para mi es una lastima no poder estar viviendo eso en Mar del Plata en esta temporada”
“Tarda en llegar y al final, al final, hay recompensa”, dice la canción de Soda Stereo y bien puede decirse eso para Franco Pennacchiotti que trabajó duro en cada club, que se dio el lujo de estudiar y al final de la carrera universitaria lo esperó la Liga Nacional con las puertas abiertas y aprovechando el momento, es sin dudas una de las gratas sorpresas de la temporada.
Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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