La palabra ego en latín significa yo y siendo más llano en su connotación puede referirse también a la arrogancia que se sobreexpone en la característica de una personalidad. Sin embargo un ego bien llevado, bien trabajado puede definir a una persona por su autoconfianza y determinación para realizar una acción y en esos casos pasaría a ser un rasgo positivo.
Evan Fournier siempre supo lo que quiso y de niño visualizó por donde podía ir su futuro y a su encuentro fue sin mirar tanto para atrás, sino que abriéndose paso con su confianza y determinación, aunque eso le sugiera bastante egocentrismo y arrogancia a la vista del ojo ajeno
"Mi jugador favorito de niño era Mike Bibby, amaba aquellos Sacramentos Kings que tenían la particularidad de tener tres europeos en el equipo y viéndolos me inspiraron a soñar a que yo algún día podía estar ahí, recorriendo el camino que hicieron ellos saliendo de Europa y estando en la misma condición que ellos, habiendo nacido en otro continente y tener que adaptarme a otras culturas, nunca me puse trabas de que no lo lograría", contó Evan Fournier en una entrevista repasando su carrera.
Nacido un 29 de octubre de 1992 y con apenas 28 años, Evan está en su punto más alto de su carrera y en posición de poder consolidar sus buenas intenciones que viene mostrando hace varios años. "Ganar el anillo es la gema de la vida y eso es lo que deseo con fuerza", es una de la frase que más pronuncia últimamente habiendo salido de Orlando Magic para jugar en los Celtics.
A los 11 o 12 años sus padres entendieron el entusiasmo de su hijo por el básquetbol, viendo la NBA a altas horas de la madrugada, le consultaron si eso que tanto le gustaba era algo que querría para su vida en un futuro. Evan no dudó ni un instante y al decir sí rápidamente recordó: "Lo tomé como un proyecto de vida". Buenos rendimientos lo pusieron rápidamente en el radar nacional de su país, siendo citado para integrar selecciones formativas francesas y desde muy joven ya hacía sus primeras armas jugando para el JSF Nanterre en la segunda división.
Fournier mostró cosas diferentes en el Nanterre y Poitiers lo fue buscar para ofrecerle un contrato por dos años en un institución que jugaba en la primera división y tenía otras aspiraciones. Este nuevo rumbo le significó a Evan viajar lejos de su casa y como quien no quiere la cosa dar un puntapié inicial a su vida como profesional en un equipo ubicado al sur de Francia.
Dos años consecutivos ganando el jugador de mayor progreso en la liga francesa con medias de 16.4 puntos, 2.8 rebotes y 2.0 asistencias, más participaciones internacionales con su selección lo pusieron en el mapa de las franquicias NBA que en su afán de expandir fronteras ya miraban mucho para el viejo continente buscando jóvenes talentos. Con 19 años y mostrando aquello de su confianza y decisión, optó por poner su nombre en el draft y además diagramó una travesía junto con su agente por EEUU para los entrenamientos previos a la lotería del año 2012.
"Fue todo raro, me fui a Estados Unidos sin hablar una sola palabra en inglés y fueron dos meses duros entrenando con chicos que buscaban lo mismo que vos y soñaban con ser reclutados. Recuerdo cuando estuve en Denver que llegué a la una de la mañana y nada abierto como para comer algo sano y tuve que ir a Mc Donalds de madrugada para luego levantarme bien temprano e ir a entrenar casi sin descanso. En esa prueba me fue muy bien y por suerte Denver fue la franquicia que me escogió luego en el Draft", reveló Fournier sobre aquella locura de entrenar y viajar por cada ciudad de Estados Unidos.
La lotería del 2012 le daba a Fournier la oportunidad de cumplir su sueño a los 19 años y materializar aquello que proyectó en su habitación mientras miraba los playoffs de la NBA y su ídolo Mike Bibby hacer destrezas con los Kings. En Colorado llegó a unos Nuggets que venían con un gran equipo de la mano de George Karl con Andre Miller y Andre Iguodala como referentes del plantel y en quienes Fournier se apoyó para tomarlos como ejemplo y seguir sus éticas de trabajo.
"Aquel primer año tuve una pequeña frustración por no jugar mucho y busqué seguir entrenando duro para estar listo. El equipo estaba muy bien. George (Karl) me quería y me obligaba a que no dejará de entrenarme y también a que aprenda a hablar con los americanos, que use su mismo lenguaje para estar más integrado en el plantel", contó.
En su segunda temporada con los Nuggets pasó de jugar 38 partidos a 76 y de 11.3 minutos a 19.8, mostrando claramente que se ganó su lugar en el equipo, demostrando que con apenas 21 años estaba listo para la mejor liga del mundo. Sobre estar preparado o no, Fournier tiene una mirada especial en cuanto a lo metal para este tipo de situaciones y según él hay que ir a fondo con la autoestima: "A veces frustran las críticas, sobre todo de aquellos que me tildan de engreído porque no me siento así. Sé que si quiero jugar un deporte al más alto nivel tengo que tener la confianza suficiente para hacerlo y es la manera en la que se llega. Teniendo esa dosis justa de aplomo y determinación se puede llegar lejos, hay una línea delgada entre la autoconfianza y la arrogancia, aquellos que la logran controlar son los que triunfan en el deporte".
Mientras en su futuro apareció Orlando como un nuevo hogar y ahora Boston, Fournier nunca dejó de participar y jugar para la selección persiguiendo el sueño de darle a Francia el primer oro en la historia ya sea en una Copa del Mundo o en un Juego Olímpico. En China estuvieron cerca pero sucumbieron ante la sorprendente Argentina y debieron conformarse con el bronce y ahora en Tokio habiendo aprendido la lección van por todo.
En el arranque de los juegos, Francia dio la nota y cacheteó a Estados Unidos de entrada, ganándole por 85-81 con un tarea memorable de Fournier, autor de 28 puntos y un triple que dio vuelta el resultado a falta de 45". Esa buena faena lo puso como el principal referente ofensivo del equipo y junto con Rudy Gobert son la voz cantante del conjunto galo que sueña con el Oro. "Fue una gran victoria para nosotros, demostramos que con la mentalidad adecuada podemos vencerlos", declaró tras el triunfo con cierta cautela y tratando de pasarse con las declaraciones como le sucedió en China hace dos años, donde luego de vencer también a USA en la conferencia de prensa expresó "Si perdemos el próximo partido (sabiendo de que el rival era Argentina) regresaremos a Francia como tontos".
A pesar de haber transcurrido apenas dos años desde el mundial, la madurez de Evan Fournier se puede palpar en cada situación. ya sea dentro juego o no. Como juega, como se mueve, como piensa lo pone entre los mejores jugadores del certamen y haciendo gala de su confianza, el diez galo demuestra con su juego que esta vez Francia no aflojará de acuerdo al rival, que todas serán finales independientemente de quién esté enfrente, el Oro es el objetivo y Fournier lo sueña como cuando en su cuarto siendo un niño anhelaba estar en la NBA.
Mereces lo que sueñas reza el dicho popular, Evan Fournier ya lo conoce.
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @osoresmauro