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La historia comenzó a tejerse en el lejano oriente o un poquito antes en un campamento del seleccionado, donde LeBron James coincidió con Dwyane Wade y Chris Bosh y los tres formaron parte del plantel de USA Basketball en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. La buena relación y al ser todos de la misma categoría en el Draft 2003, empezaron a pensar en lo bueno que sería unir fuerzas, no solo con el hecho de ganar sino también para revivir esa buena convivencia en China, durante las duras temporadas de la NBA.

Así fue que la liga, la prensa y toda la atención, giró en torno a la decisión del Rey de irse a Miami, dejando de lado a su hogar, Ohio. Pat Riley hizo su parte con Bosh y James dio el sí al cambio, rubricando el gran Big Three, aquel que quedó para la historia y que muchos lo indican como el primero, aunque a ciencia cierta no fue el primer gran equipo, pero si el primero de la era moderna y de las redes sociales.

Los tres, junto a un buen elenco de soporte, conformaron un gran Heat que desfiló por el Este llegando a la final y cediendo sorpresivamente ante Dallas. Al parecer esa derrota fue la alegría de muchos, puesto que pocos neutrales querían verlos ganar y la principal razón sería que no gozaban de ver vencer a un equipo repleto de talento y como se diría en el barrio, los tres juntos era "afano".

No obstante Wade, más de diez años después, puso en la mesa otra explicación basada en una situación de antaño en el país haciendo hincapié en la discriminación racial. "Sabiamos que parte del odio se debía a nuestro color de piel", destacó Dwyane y luego agregó: "Por ser hombres negros y decidir controlar el destino de nuestras carreras. Entonces, cuando tuvimos el poder y el momento, lo tomamos. Pero parte del odio vino porque eramos tres hombres negros que decidimos y cambiamos".

Sin lugar dudas que los súper equipos no empezaron con el Heat, pero sí la manera en que decidieron todo y se empoderaron los jugadores, significó un antes y un después en la liga, donde ahora los protagonistas son los que toman cartas en el asunto y eligen donde jugar o cuando partir de una franquicia, sin más que requerir un traspaso.