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Dennis Rodman tuvo una vida de vagabundo muchas veces, con una infancia dura donde siempre destacó “haber sido carente de amor paterno y materno”. Su padre lo abandonó cuando tenía tres años y su madre lo echó a la calle luego de que robara 19 relojes, mientras trabajaba como empleado de limpieza en el aeropuerto de Dallas.

Su peregrinar hasta llegar a la NBA estuvo signado por malas calificaciones académicas, aquellas que no le daban la chance de progresar en la universidad y una última oportunidad en Southeastern Oklahoma, donde conoció a Bryne Rich, un pilar para que Dennis llegué lejos con el básquet. Este niño blanco (con un fuerte tormento por haber matado a su amigo accidentalmente mientras cazaban), adoptó a Rodman en su casa de campo familiar y le dio el entorno que necesitaba para salir adelante y dedicarse al básquet.

Chuck Daily, legendario entrenador de los Pistons y casi que un padre basquetbolístico para él, se la jugó y lo seleccionó en el draft de 1986 en el puesto número 27. Su historia con Motor City fue superlativa, su dominio rebotero y su fiereza defensiva fueron la bandera justa para aquellos Pistons que lograron el bicampeonato entre 1988 y 1989. Sin embargo todo tiene un final y las salidas nocturnas, actos de indisciplina y el dominio en manos de Chicago Bulls, fue demasiado para Detroit. Las derrotas comenzaron a sucederse y Chuck decidió dar un paso al costado, dejando al equipo y en especial a Dennis, al descuido.

Cuando las derrotas se cuentan más que las victorias en la temporada, todo lo malo tiene otro tinte, por ello que las exposiciones públicas ya no eran tan bien vistas por la dirigencia de Detroit, plantel y prensa especializada. Por eso que Rodman comenzó a sentirse solo y encerrado en su laberinto de noches, mujeres, alcohol y baloncesto (mucho menos).

Tal es así que un día tomó un arma que tenía en su auto y en las inmediaciones del facility donde entrenaba su equipo estaba dispuesto a quitarse la vida. “Decidí que en vez de matarme, iba a matar al impostor que estaba dentro de mí”, explicó tiempo después. No obstante, hubo una razón principal según el propio protagonista por el cual no se quitó la vida y esa fue la música de Pearl Jam.

La leyenda cuenta Dennis, antes de apretar el gatillo, puso música en su auto y lo que sonó fue Pearl Jam, su banda favorita, aquella que conoció en 1991 como un grupo distinto que iba a pegar en unos años. El Gusano se relajó escuchando su música, se quedó dormido y cuando despertó estaba rodeado de policías y él con su arma en la mano.

Sobre aquel momento dijo: “Me enganché con estos muchachos desde 1991 y fue increíble. Tuve un pequeño problema en 1993 cuando estaba decidido a suicidarme y ahora miro hacia atrás y digo wow, cuantos recuerdos. Me salvaron la vida cuando quise suicidarme, y por alguna razon, la voz del amor llegó a mi vida en ese momento, en particular ese día y era Pearl Jam. Agradezco a ellos por hacer eso por mí, no fue la única razón, pero sí la principal por la que no me quité la vida”.

Mauro Osores / [email protected]

En Twitter: @osoresmauro