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Cuando Cuttino Mobley dio un paso adelante con Houston Rockets, el equipo pensó que podría convertirse en la cara de Houston en la NBA. Mobley era tan prometedor que algunos de sus compañeros de equipo de los Rockets sintieron que tenían su propio Michael Jordan en él, una comparación de la que nadie ha logrado salir airoso.

"Él puede anotarle a cualquiera", dijo el entonces alero veterano de los Rockets, Matt Bullard, sobre Mobley. "Lo que hace atrae la atención del otro equipo. Michael Jordan era así. Podía anotarle a cualquiera. Eso creó aperturas para tipos como John Paxson. Cuttino puede hacer eso, pero todavía está aprendiendo".

Houston pensaba que tenía en sus manos un potencial jugador franquicia. Los Rockets draftearon a Mobley de Rhode Island en 1998, y no pasó mucho tiempo antes de que hiciera sentir su presencia en la cancha. En apenas su segunda temporada con el equipo, “Cat” ya promediaba 15,8 puntos por partido.

Por supuesto, convertirse en la versión de Michael Jordan de su equipo fue más fácil decirlo que hacerlo. Dicho esto, Mobley no terminó convirtiéndose en Mike en Houston. Sin embargo, todavía jugó sus mejores años en la NBA con los Rockets. Y aunque Mobley resultó estar lejos del jugador que era Jordan, todavía está agradecido de haber aprendido muchas cosas del #23. “Como novato, estaba en un vestuario compartido por Barkley, Pippen y Olajuwon. Charles y Michael Jordan eran buenos amigos, y obviamente Scottie, por lo que venía mucho... Y me guió", expresó en 2018, ya retirado.

Mobley no logró llenar las zapatillas que había dejado vacías Jordan, algo que, podría decirse, sí pudo hacer Kobe Bryant, en cierto modo. La realidad es que luego de Mike, con Grant Hill y Kobe aún sin haber explotado, el mundo esperaba a Mobley como la nueva superestrella, y no logró alcanzar esa meta. Tampoco ganó un anillo, aunque para bien o para mal, sí tuvo una respetable carrera y siempre rindió a un muy buen nivel.