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La mística de los Bulls de Michael Jordan cada vez se agiganta más. La figura de Su Majestad es cada vez más mito y sus compañeros de aquellos tiempos lo reflejan en cada entrevista, contextualizando lo bueno que era y lo sublime que fue para la expansión de la NBA alrededor del mundo. BJ Armstrong se paró en una cuestión que contrasta en gran forma con los tiempos de ahora y son el descanso y la alimentación, y está claro que en la etapa en la cual brillaba el 23, el entrenamiento invisible lejos estaba de existir.

“No vimos lo mejor de Michael Jordan”, aseveró Armstrong en una entrevista por estos días y leyendo esto fuera de contexto es difícil de entender. Pero el base utilizó esa frase para darle preámbulo a la explicación que en contraposición a estos tiempos, MJ no descansaba lo suficiente para poder optimizar su rendimiento físico y que todo se basaba en el fuego sagrado de Jordan y su gen competitivo como motor.

“Literalmente no durmió durante 14 años. En mi tiempo lo he visto jugar 35-40 minutos y luego volver a entrenar con la misma energía. Nunca he visto a un tipo tan competitivo y siempre estaba activo. En la práctica me di cuenta que era diferente, cuando todos los demás estaban cansados, sonaba el silbato de Phil y el actúa como si hubiera dormido 10 horas y en realidad estuvo jugando a las cartas o lo que se sea que estaba haciendo, sin haber comido bien ni descansado bien”, expresó el ex Hornets.

Michael Jordan y otra muestra más de su magnitud y otra referencia más a que cada vez más son distintas las épocas y comparar jugadores de un tiempo con otro es casi imposible, dado que todo ya ha cambiado, el juego, los cuidados, etc. Solo los resultados fríos pueden servir para eso, pero cuando hay grandes de qué sirve compararlos, mejor es disfrutarlos cada noche.