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Todo lo que era normal hasta hace dos años hoy ya no lo es, la pandemia hizo y deshizo a su antojo en materia espectáculos deportivos, ya sea para los protagonistas dentro de la cancha, dirigentes ordenando afuera y el público expectante por volver. Para repasar el año de la Liga Nacional, hay que subrayar que se jugó la temporada pasada completa y es mucho más de lo que se puede pedir. Contra viento y marea, contagios, descuidos, errores, negligencias y aprendiendo a convivir con otro contexto, el básquet dijo presente y pudo cerrar su temporada a tope y con una final entre sus dos máximos candidatos, Quimsa y San Lorenzo, la cual será recordada ante todo por ser la final del Covid y porqué  desde lo deportivo fue una gran definición.

Para empezar el año de la Liga arrancó allá por el siete de enero con la vuelta a la actividad tras las fiestas, pero con el interrogante cercano de si se iba a poder continuar normal, tras la detención que hubo en diciembre de acuerdo a la gran ola de contagios que hubo entre los distintos equipos. Esta situación tomó notoriedad pública y el Ministerio de Salud dispuso el freno de la competencia, barajar y dar de nuevo.

Con las dudas disipadas y otro protocolo en marcha se jugó la segunda mitad de la competencia y la lucha fue muy pareja, como nos tiene acostumbrado la liga, donde cualquiera le puede hacer frente a cualquiera. Quimsa se quedó con el Súper 20 en la Final Four disputada en Obras y venciendo en la definición a San Martín. Los dirigidos por Sebastián González anduvieron un escalón por encima del resto en la fase regular, ganaron el Súper 20 con autoridad y durante toda la temporada fueron los máximos candidatos. San Lorenzo en marcada situación de menor a mayor, era el inmediato perseguidor y su jerarquía lo ponía ahí nomás de los santiagueños, además de ser el rival a vencer por todos.

En el resto de los equipos fue muy bueno lo de los elencos correntinos con Regatas en una gran fase regular y San Martín sorprendiendo a propios y extraños llegando a la semifinal de la competencia con un equipo modesto, pero que entendía bien su objetivo. Instituto se desinfló en el camino y no pudo hacer más, Boca cumplió con sus expectativas y dio un primer paso positivo en el ciclo de Gonzalo García.

La paridad de mitad de tabla tuvo a equipos que alternaron momentos buenos y malos, Platense fue una de las sorpresas de la temporada llegando a playoffs con un juego dinámico y muy ofensivo, en tanto que en la zona baja lo de Atenas y Bahía Basket se fue decantando rápidamente, con más firmeza en los bahienses, quienes nunca pudieron salir del fondo.

Fernando Zurbriggen dominó la liga desde lo individual, fue un jugador determinante para un Obras que estuvo arriba de entrada, pero que no pudo consolidarse en playoffs, Kelsey Barlow fue el mejor extranjero por escándalo y guió al Hispano de Piccatto a la postemporada para sorpresa de muchos.

Ferro y Oberá mostraron armas y corajes para salvarse del descenso y entre cordobeses y bahienses se dio una definición por la permanencia. Los pibes de Bahía Basket no pudieron hacer frente a la situación y consumaron su descenso casi como una crónica de una muerte anunciada, aunque la filosofía de su dirigencia no mueva ni un centímetro el objetivo del plan ideado para el desarrollo de jóvenes talentos.

San Lorenzo consiguió el penta, algo inédito para el básquet argentino, cinco títulos seguidos y un lustro que al parecer llegará a su fin para la temporada 21/22. Quimsa se quedó con las ganas, pero haber la ganado la Champions League y el Súper 20 limpia bastante esa herida, pudiendo haber desbancado al gran campeón de los últimos años.

Para la temporada 21/22 lo más destacado es la vuelta a la élite de Unión de Santa Fe después de 25 años a la Liga Nacional, el retorno de La Rioja a la máxima categoría de la mano del proyecto Riachuelo y en baja la salida de Libertad de Sunchales, un histórico que dice adiós por falta de sustento económico.

La vuelta del público fue la gran noticia para la nueva temporada que inicio primero con el Súper 20 y ahora con la Liga en plena disputa y con total normalidad sin tener que utilizar el formato burbuja.

El 2021 trajo otro campeón a la mesa y se le dio nomás a Instituto de Córdoba, quien venía estando cerca de conseguir algo importante y de la mano de Lucas Victoriano como entrenador y comandado por Nicolás Romano dentro de la cancha, La Gloria se sacó la mufa y festejó a lo grande su primer trofeo en la máxima categoría del básquetbol profesional argentino.