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En la Argentina hay una frase histórica acuñada bajo la firma de Néstor Pipo Gorosito, entrenador de fútbol, quien tras recibir insultos desde una platea de un niño de no más de 12 años, que estaba junto a su padre, expresó: “Padre boludo, hijo boludo”. Así esa expresión quedó en la memoria popular futbolera primero y deportiva después, cuando esto se expandió al resto de los deportes.

Sin embargo, a veces, y sin hacerle tan bien a la educación dentro de un gimnasio deportivo, los jugadores toman como natural algo que no está bien. Radicar esa violencia verbal, sobre todo de un niño, debería ser algo que comience por la casa, pero que si se traslada a una platea, no debería permitirse. Esta sensación de querer incomodar al rival como sea en los playoffs es lo bueno y lo malo de la postemporada, el clima que se vive es único y hermoso, pero no debería desvirtuarse la situación.

Dicho esto, hay jugadores, que se crecen con esa hostilidad del público local y por caso, también toman el rol de provocadores para picantear y espesar el caldo de la relación público- protagonistas. Anthony Edawars y Trae Young, son dos casos particulares del famoso “puteame, que mejor juego”.

En su debut absoluto en postemporada, Ant se transformó en el jugador más joven de toda la historia en meter más de 35 puntos en un estreno de playoffs. Con sus 36 empató el cuarto lugar de la tabla histórica de jugadores debutantes con máximo de puntuación, siendo el líder de esta clasificación Luka Doncic con 42 unidades.

Tras el juego y el triunfo sobre los Grizzlies por 130 a 117, Edwards habló en conferencia de prensa y contó por qué le gusta jugar contra Memphis y además que cree que es un buen emparejamiento desde el juego, que los fans lo encienden: “Porque a todos les encanta putear. Los nenes son los peores, con 8, 10 años me dicen 'Anthony andá a sentarte, sos horrible'. Es muy divertido. El básquet me divierte. Lo amo".