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Drew Eubanks era una futura estrella del béisbol estadounidense. De hecho, ya lo era desde su juventud debido a que los ojos de muchos ojeadores de equipos estaban puestos en él. Él nunca había jugado básquet, asi que era improbable que llegara a la NBA. ¿Quién lo hizo cambiar de parecer? John Poetsch.

Poestsch era el entrenador del equipo de baloncesto Reynolds High School en Troutdale, Oregon. Rápidamente notó que Eubanks podría ser un gran jugador pero, en vez de la bola rápida, de la pelota naranja.

“Crecí jugando béisbol. No quería practicar otro deporte, ni siquiera me gustaba el básquet”, comentó el jugador de 23 años. Tras pasar dos temporadas en las G-League, el chico firmó un contrato por 3 años y 5.3 millones de dólares. Si bien no es un gran contrato en la NBA, si lo es para el jugador que siempre pensó que iba a ser un lanzador.

“Nunca quieres estar satisfecho. Ahora que tengo este contrato quiero tener un tiempo de juego constante. Una vez que suceda eso, quiero ser titular” soltaba el, ahora, dirigido por Gregg Popovich.