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Podría decirse que era un clásico de América. Quimsa y Flamengo fueron finalistas de la primera edición allá por el 2020 y los brasileños estuvieron en la definición en 4 de las 5 temporadas jugadas. Hoy repetían aquella primera vez y la chance de consagrarse de local ponía la tensión a mil grados en la ahora fresca Santiago del Estero. Pero en el Ciudad solo hubo calor: afuera y, sobre todo adentro. Quimsa no dejó nunca que el plan se le fuera de las manos y, con enorme solvencia, se quedó con el triunfo 92-80 y el campeonato, con un Brandon Robinson, como siempre, letal en los partidos decisivos.

La primera mitad de Quimsa, aunque tuvo bajones, fue casi perfecta. Arrancó con ideas muy claras en lo defensivo (no dejar tirar a Deodato, complicar la conducción de Balbi para involucrar a sus compañeros, meterle mucha intensidad y desgaste con rotación rápida), y una puntería asombrosa (arrancó 7/8 triples), sacó rápidamente una ventaja grande (28-12 en el 1C), como para armarse de un colchón si las cosas se colocaban en situaciones más normales. 

Y si bien la puntería aflojó un poco, tuvo algunas pérdidas no forzadas, la zona de Flamengo lo complicó y los rebotes en su propio aro fueron un suplicio, Quimsa logró seguir defendiendo bien su plan, con puntos muy altos (el comienzo de Robinson, el ingreso de Sansimoni, las penetraciones de Brussino para romper la zona y los buenos minutos de Vasirani), y sofocó la primera rebelión rojinegra, que achicó los 22 de máxima (36-14), para llevarlos a 16. Igual, Quimsa cerró bien y se fue al descanso largo con una renta de 17 (50-33), dejando a Flamengo en un bajísimo 36% de cancha (Quimsa tiró hasta ahí 65%$), a Deodato en 3 puntos y a Conti con una enorme lista de cosas para corregir en la segunda parte.

Como era de esperar, Flamengo salió al tercer cuarto a subir el ritmo, a meter más posesiones y a defender con lo que más resultado le había dado: la zona. Quimsa tardó en amigarse con esa zona, y alternó buenas y malas cuando lo hizo, porque le faltaban penetradores, hasta que estuvo más lúcido para buscar cortes por línea final que obligaban a los brasileños a cerrarse un poco más y permitir descargas a los tiradores. Así mantuvo la diferencia entre 11 y 17 puntos la mayor parte del tiempo, pero con la tensión de saber que Flamengo, con sus excelentes lanzadores (Cuello, el líder), podía meter un sprint en cualquier momento, y rápido. 

Sin embargo, Quimsa no aflojó nunca. Es cierto, bajó el ritmo por la diferencia que tenía, no corrió aun a veces pudiendo, y fue paciente para buscar un buen tiro por ataque. Eso sacó del vértigo a Flamengo, que veía como pasaban los minutos y no podía siquiera achicar la distancia a un dígito. El local empezó a resolver más con Robinson en el uno contra uno (Brandon hizo dos seguidas contra Balbi brillantes), mientras controlaba el tiempo. 

Y la reacción rival nunca se pudo concretar, porque Quimsa le cerró todas las puertas a la más mínima desconcentración atrás. Cuando faltaban menos de 4 minutos y una bomba de Robinson le dio otra vez 20 de luz (83-63), estaba claro que no había marcha atrás. El final (92-80), lo encontró como cómodo y merecidísimo campeón de América, el primer bicampeón en la historia de la BCLA. ¡Salud Quimsa!

Boxscore

Fabián García / Enviado especial a Santiago del Estero
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