Fue un viernes 26 de abril de 1985. Tras la exitosa temporada de transición, la primera edición oficial de la Liga Nacional de Básquetbol tuvo su jornada número uno ese día y, por una cuestión de horarios (comenzó más temprano que el resto), el juego debut de la competencia que cambiaría la historia del básquet argentino fue Pacífico-Atenas, en la cancha de Independiente de Bahía Blanca.
Pacífico-Atenas empezó a 21.40 horas, luego siguió San Lorenzo de Almagro-Argentino de Firmat (en cancha de Obras), a las 22 horas, y continuó Instituto-Sport Club, en cancha del equipo cordobés, a las 22.40 horas. Fueron los tres partidos de esa histórica jornada.
Pacífico venció a Atenas por 90-82 con 33 puntos de Neal Robinson, quien a su vez marcó el primer triple de la historia de la competencia. San Lorenzo perdió como local por dos (101-99) ante Argentino (44 puntos de Leonard Goggins en los santafecinos. Y por último, Sport Club le propinó una paliza a Instituto (86-61) con 22 puntos de Kenneth Hubert.
La foto del día, fue, sin dudas, la que promovió Osvaldo Orcasitas en cancha de Obras: el salto inicial simbólico dado por León Najnudel entre San Lorenzo (Steve Stanford) y Argentino de Firmat (Leonard Goggins). Es la que ilustra esta nota.
Así empezaba una historia motorizada en sus comienzos por José María "Yoyo" Cavallero, el primer entrenador argentino en dirigir en el básquet español, y el gran León Najnudel, el visionario que desde siempre supo lo que quería para la competencia de su país, y que tuvo un gran aliado en el prestigioso periodista Osvaldo Orcasitas, para darle la difusión que necesitaba.
De a poco, como siempre dijo ORO, "la Liga no le ganó a nadie, sino que convenció a todos", uno de los grandes lemas de esa etapa. Najnudel, junto con Orcasitas y un batallón, a veces más grande y a veces más pequeño, pudieron ir sorteando los obstáculos que le iban poniendo los contras, como el ingeniero Miguel Mancini (todopoderoso de Obras en ese momento) o algunos dirigentes federativos, que veían cómo se les escabullía el poder.
Sin embargo, la idea era tan buena y tan difícil de contrarrestar, que logró meterse en la Confederación Argentina y así conseguir el grado de oficialidad que le faltaba. La etapa de transición de 1984 sirvió para terminar de definir el sistema de juego, que quedó comprobado, fue el mejor jamás diseñado en nuestro país.
El objetivo final: mejorar la competencia interna para que los jugadores se desarrollen y así puedan conformar una mejor selección nacional. Su creador, León Najnudel, nos dejó en 1998 y, si bien vivió el boom de la Liga, se quedó sin presenciar el punto máximo de su idea, como lo fue la medalla de oro en Atenas 2004. Una gran injusticia para un tipo que vio antes que nadie por dónde era el camino, e iluminó todos.
Quien si pudo disfrutar esa medalla fue ORO, quien siguió de cerca todo el proceso, desde su creación hasta su consolidación, pasando por los momentos más brillantes del básquetbol argentino, los cuales fueron producto de esa competencia que el mismo se encargó de difundir. Lamentablemente, Orcasitas falleció hace dos meses, y con él se fue una de las plumas más prestigiosas, además de haber sido una parte sumamente importante en la gestación de la criatura.
Roberto Martín / [email protected]
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