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Los discursos de los distintos miembros del Salón de la Fama están cargados de emociones, para los protagonistas citados es un momento único, el cual preparan y no dejan ningún detalle librado al azar. En el caso de Chris Bosh lo mencionado se cumplió al milímetro y entre tanto agradecimiento tuvo una especial dedicatoria para Pat Riley con una entrega inclusive.

Bosh pasó los primeros seis años de carrera en Toronto Raptors siendo figura en aquella franquicia canadiense, pero necesitaba un salto de calidad como contó alguna vez cuando decidió salir de un lugar como figura principal para ser segunda o tercera guitarra en el Heat.

El nacido en Texas durante la ceremonia contó la infidencia que tuvo con Pat Riley al momento de convencerlo para que firme con Miami: “Cuando conocí a Pat durante la agencia libre en el 2010, sacó todos los trucos que tenía e hizo una gran actuación. Cuando comencé a levantarme para irme de la reunión, sacó un último truco y  arrojó sobre la mesa todos los anillos de campeonato que tenía dentro de una bolsa de terciopelo”.

“Agarró uno , me miró fijamente a los ojos y me dijo ‘Devuélvemelo cuando ganemos uno juntos’. Ahora que lo pienso, creo que fue una locura porque yo ni siquiera había aceptado jugar en Miami, pero ese era Pat y como saben, ganamos dos anillos, pero nunca le había devuelto el que me prestó. Estuve esperando el momento adecuado para hacerlo y hoy es el indicado”, concluyó Bosh mientras hacía acto de devolución del anillo a Pat Riley, quien acudió a la ceremonia junto a Ray Allen, LeBron James y Dwayne Wade los otros protagonistas de ese bicampeonato del Heat.

Todo medido, todo calculado, Chris Bosh dio uno de los mejores discursos en el Naismith Memorial, mostrando su cara histriónica para cautivar a todos con la palabra y con un gesto de grandeza, cargado de emoción le devolvió el anillo de campeón a Riley, el arquitecto de aquel histórico Miami, el primer súper equipo ganador de la nueva era.