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Falta menos de una hora para que empiece el segundo amistoso del seleccionado argentino masculino de básquet, en medio de la preparación que está teniendo para los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 y el rival será Nigeria.

Pero en el futuro ya comienza a latir el torneo internacional que reunirá a los mejores países del mundo en la disciplina y Argentina viene de ser subcampeón hace dos años, cuando consiguió la medalla de plata tras caer en la final ante España en el Mundial de China.

Poco cambió de ese plantel en relación con el actual y, seguramente, cada uno de los integrantes del mismo estarán con sed de revancha. De ellos, tres podrían sorprender a todos por diferentes cuestiones, especialmente por lo que vienen haciendo en sus respectivos clubes.

El primero en cuestión es Gabriel Deck, que mezcló su temporada 2020/21 entre Real Madrid y el Thunder, y dejó excelentes sensaciones en ambas escuadras.

Su versatilidad se adapta como una bombilla a la yerba y el mate en los dos costados, con capacidad para defender en las cinco posiciones atrás y con habilidades variadas para liquidar de frente o espaldas adelante, en transición o en la media cancha.

Los 9,7 puntos en Real Madrid en la última campaña fueron la mejor marca de su carrera en España, a la vez que en Oklahoma City logró unos 8,4 tantos en 21,2 minutos en cancha que demostraron cómo puede impactar en un tiempo en cancha reducido, que seguro aumentará en Tokio.

No solo eso. Si se tienen en cuenta todos los torneos que jugó en Europa en la 2020/21, alcanzó un 36,5% en triples y se fue hasta el 40,7% si solo se evalúa la Euroliga, por lo que cada día puede erigirse más como una opción para abrir la cancha.

También hay que agregar que luchó en el Thunder de tres, anotando 2/15 en diez partidos, pero la distancia entre la línea de triples y el aro pudo haber sido el motivo y en Tokio tendrá otra vez las medidas del universo FIBA para continuar mejorando.

Por otro lado, Luca Vildoza viene de una sólida temporada en Baskonia y su rol podría aumentar en los Juegos Olímpicos, aportando siempre desde la presión defensiva y dando un paso al frente en ataque, con esa polifuncionalidad para ocupar cualquiera de los puestos en el exterior.

Su tamaño (1,91 metros y 86 kilos) le permite impactar atrás y adelante de diferentes maneras, en un sistema que lo potencia como el de la asfixia defensiva y la creación ofensiva.

Sus medias de 10,5 puntos, 1,8 rebotes y 3,4 asistencias en todos los certámenes que disputó lo reflejan y su progreso será nodal para los nacionales. Además, alcanzó un 37,6% en triples durante esas cuatro competencias que disputó y fue la segunda mejor marca de su carrera, solo superada por el 41,9% que tuvo con Baskonia en la 2017/18.

Finalmente, el último involucrado también reúne todas esas características de ductilidad y capacidad para ocupar diferentes posiciones, en concordancia con lo que demanda el básquet actual. Leandro Bolmaro es el involucrado y, si bien no se confirmó su presencia en Tokio, podría ser la respuesta a muchos interrogantes.

En el esquema de Sarunas Jasikevicius aprendió a desarrollarse como un notable defensor, aprovechando su envergadura, poder de reacción, velocidad de desplazamiento y movilidad para presionar sin provocar faltas, algo que en el pasado le costó (1,5 infracciones en la 2020/21 y 2,0 en la 2019/20).

Junto con ello, sabe lo que es ingresar con minutos reducidos y aprovechar las oportunidades (13,1 minutos en la última temporada), mejoró muchísimo su mecánica de lanzamiento (41,8% en triples en la 2020/21) y dio un paso extra en capacidad física, con la demanda del lituano de que busque volcarla en cada oportunidad que pueda.

El futuro es imposible de predecir, sino la vida sería aburrida, pero los nombres desarrollados tienen todas las credenciales y posibilidades de irrumpir en Tokio sin golpear la puerta ni pedir permiso.

Gabriel, Luca y Leandro, su momento está llegando. Váyanse preparando. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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