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“La burbuja sacó lo mejor de mí. Estaba en un lugar oscuro. Realmente no estaba acá. Revisé estos últimos dos partidos. Fue simplemente difícil. Quiero agradecer a la gente que estuvo detrás mío en estos momentos, en mi esquina... Estaba en una fea zona. Encontré mi camino. Estoy de vuelta", confesó Paul George en una entrevista con TNT tras el triunfo de Clippers ante Mavericks en la noche de ayer.  

La cámara muchas veces puede servir de confesionario y eso ocurrió con el alero del conjunto de California. Hizo catarsis con un micrófono y descargó lo que venía soportando. Silencio. Una pausa. A relatar todo el calvario que lo llevó a un estado depresivo, con ataques de pánico y ansiedad.  

La salud mental importa

“Subestimé a la salud mental, honestamente. Tenía ansiedad. Un poco de depresión. Solo quería estar encerrado acá. No estaba allí. Me fui", siguió George, quien fue duramente cuestionado por sus actuaciones en los primeros cuatro partidos. Los fanáticos, los medios y vastos actores lo culparon por las derrotas y, otra vez, se olvidaron que los jugadores también son personas. Seres humanos como el resto, que tienen emociones y sensaciones.  

Paul trató de encontrar maneras de desconectarse del básquet, algo que puede ser difícil en una temporada normal y, aún más, en una burbuja, encerrados sin su familia y amigos. Según contó en una nota en ESPN, George empezó a florecer tras recibir ayuda del cuerpo psicológico (algo obligatorio para todas las franquicias de la NBA), sus compañeros y el cuerpo técnico, que constantemente intentaron sacarlo de su habitación.  

El rol de sus compañeros

Partidas en la PlayStation, largas charlas de la vida, juegos de cartas y algunas cosas más fueron las artimañas que aplicaron sus compañeros para desenchufarlo de todo el estrés que venía acumulando.  

Poco a poco Paul fue levantándose, con la ayuda de todos y sin encerrarse en su dolor. La salud mental es importante y detectarla, entenderla y comprenderla es fundamental para rendir en la cancha y en la vida. En el pasado muchos no supieron analizarla y sucumbieron ante las presiones que conllevan ser un atleta profesional.

Todo mejoró

Afortunadamente ese no fue el caso de George. Hoy, con la mente despejada y la moral levantada, Paul está listo para dar su mejor versión. Lo que se vio anoche fue la primera función. Llegarán más. Siéntense, disfruten y ríanse. Ya pasó lo peor.