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Serbia es una de las cunas del básquet, creadora de talentos a por doquier en cada año y momento. La mayoría aprende los fundamentos del juego a temprana edad y los clubes los forman de tal manera que pueden desplegarse en cualquier posición a partir de un dominio del pique, el tiro y los pases, entre otras cosas. Alen Smailagic fue uno de esos prodigios y empezó botando la naranja en KK Beko, equipo de Belgrado, la capital del país. 

Beko lo vio nacer y allí aprendió todo lo básico. Desde cómo lanzar hasta la lectura de juego y los movimientos sin pelota. Paulatinamente fue creciendo en las categorías inferiores, combinando altura con buenas presentaciones, a pesar de su flaco físico. Tal fue su talento que en la temporada 2017/18 empezó a jugar con ellos la liga junior de Serbia y tras 19 partidos promedió 21.7 puntos y 11.1 que le permitieron conseguir el premio al más valioso del torneo. 

Luego de esa espectacular actuación, Alen fue convocado esa misma temporada para integrar el primer equipo de Beko, que hasta el día de hoy milita en la tercera división de la liga regional serbia. Durante diez presentaciones con el plantel profesional, Smailagic promedió 15.9 puntos, 5.0 rebotes y 2.1 bloqueos que dejaron demostrado que el balcánico no tenía suficiente roce en el país y que para vivir del básquet debía dar un salto más alto. 

En busca del sueño americano

Fue por eso que, al final de esa temporada, decidió ir a probar suerte a Estados Unidos y se presentó en el draft de la G League. Afortunadamente, el serbio fue elegido por South Bay Lakers, pero inmediatamente fue traspasado a Santa Cruz Warriors, el equipo afiliado que posee Golden State Warriors en la liga de desarrollo. Su elección fue histórica, ya que con 18 años se convirtió en el jugador más joven de la historia en ser elegido en el sorteo. 

Como un completo desconocido, Alen entrenó como pocos y logró debutar en la G League el tres de noviembre del 2018, anotando tres puntos en siete minutos en cancha y dando muestras de su eficaz y rápida mecánica de tiro. Durante 47 partidos disputados esa temporada, el rubio promedió 9.1 puntos, 4.0 rebotes y 1.0 asistencias y dejó excelentes sensaciones en la franquicia, no sólo por su talento sino también por la ética de trabajo que traía en cada entrenamiento o día de partido. 

Después de una satisfactoria campaña en su transición a Estados Unidos, el de Europa del Este estaba listo para buscar un hueco en la NBA y decidió presentarse al Draft 2019. Allí fue elegido por New Orleans Pelicans y se transformó en el tercer jugador internacional de la historia en ser seleccionado desde la G League y en el séptimo de la historia en haber jugado en una liga oficial de la NBA antes de ser elegido por un equipo de la misma. 

Directo a la NBA

Pero la incertidumbre otra vez tocaría su puerta y, como si todo estuviera predestinado, fue nuevamente traspasado a Warriors, pero esta vez serían los de Golden State, no los de Santa Cruz. Los de California estaban muy interesados en él y así lo demostraron al ofrecerle un contrato multianual que el europeo aceptó sin dudar. Sereno y calmo, Smailagic trabajó tan duro que al cuerpo técnico no le quedó otra que convocarlo al primer equipo. 

Gracias a las múltiples lesiones que afectaron a los Warriors en los últimos meses, Smailagic pudo debutar en la NBA antes de lo estipulado y un 27 de diciembre de 2019 saltó al rectángulo de juego. El partido fue uno más y Golden State se impuso ante Phoenix Suns, pero los cuatro puntos y cuatro rebotes que totalizó se convirtieron en su cartel de presentación. A partir de ese momento, nadie más olvidaría su nombre. Más bien, todos comenzarían a aprendérselo. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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