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Posible rotación

Las caras nuevas

Quinton Campbell: El estadounidense de 23 años y 2,01 se anota para salir com el alero titular del equipo, en lo que será su primera experiencia profesional. Viene de jugar la NCAA con Southern Mississippi, donde promedió 13,9 puntos y 6,2 rebotes durante la 2016/17. Aunque no tuvo los mejores porcentajes en el básquet universitario, muestra una interesante combinación de altura y tiro externo.

Steven Spieth: Al igual que Campbell, Spieth tendrá su primera prueba como profesional, luego de egresar de la universidad de Brown. Allí fue figura en la temporada pasada, con una media de 17,3 tantos, 6 rebotes y 3,3 asistencias. Su principal referencia pasa por el lanzamiento perimetral, desde donde anotó un 41% en la 2016/17.

Maurice Kemp: De los tres estadounidenses que sumó Obras, Kemp es el único con experiencia profesional. Es un ala pivote de 2,03 y 26 años, que viene de jugar en Líbano (23,4 puntos y 8,3 rebotes) y se está mostrando como una de las máximas figuras del equipo en esta pretemporada. No tiene tanto tiro para la posición, pero se muestra como un excelente atleta.

Phillip Lockett: Es el único refuerzo argentino de Obras para esta 2017/18. Viene de jugar el TNA con Tiro Federal, donde tuvo una media de 15,5 puntos y 8,4 rebotes por partido. Intentará alargar la rotación de hombres grandes del equipo, en lo que será su primera chance importante en la Liga Nacional, más allá de pasos como juvenil por Ben Hur y Quimsa.

Joaquim Valdelicio: El cuarto refuerzo extranjero de Obras será el angoleño Joaquim Valdelicio, un pivote de 2,08 y 27 años, con importante rodaje en el seleccionado de su país. Formado en Estados Unidos, tiene buena capacidad rebotera y ciertos recursos ofensivos.

El equipo

A diferencia de otras temporadas, en las que arrancaba con expectativas ligadas a una buena ubicación en la competencia, este año Obras realizó una apuesta muy marcada: darle lugar a los jóvenes formados en el club y tratar de fortalecer su patrimonio a futuro. Jugadores como Barral, Zanzottera o Zurbriggen seguirán teniendo un rol protagónico, pero además se le sumarán otros valores importantes como Valussi o Berra, quienes vienen de participar recientemente en el Mundial U19 de Egipto.

Si a esto le sumamos que incorporaron a cuatro extranjeros sin paso previo por la Liga (dos de ellos recién salidos de la NCAA) y a un Phillip Lockett que apenas jugó algunos encuentros en su época de juvenil, está claro que estamos en presencia de uno de los planteles con menos rodaje del torneo. Nada de esto garantiza que el Tachero no sea capaz de dar alguna sorpresa, y de hecho, viene de hacer una interesante gira por España. Pero a la vez, está claro que tendrá que luchar contra desafíos propios de esa inexperiencia, sin tener específicamente a los resultados como la meta principal.

En ataque, todo indica que Obras tendrá algunas referencias marcadas: Tomás Zanzottera está destinado a ser uno de los mejores anotadores nacionales de la 2017/18, mientras que la dupla interior (Kemp-Valdelicio) viene dejando buenos números durante los partidos contra rivales ACB. Todos ellos serán conducidos por Pedro Barral, quien a pesar de su juventud, ya está establecido entre los líderes asistidores de la Liga. ¿Debilidades? Habrá que seguir la evolución de los juveniles, pero en principio, todo indica que serán un equipo sin demasiada profundidad, sobre todo en términos anotadores.

Obras será un equipo veloz, fresco y con algunas variantes interesantes en ofensiva. Sin embargo, es en defensa donde la inexperiencia de su plantel puede pasarles factura. No porque sus jóvenes no sean buenos marcadores, de hecho un par de ellos (Zurbriggen y Valussi) se destacan especialmente en ese costado. Sino porque al incorporar a cuatro foráneos sin pasado en la competición (ni siquiera pudieron ganar algo de roce en los amistosos, al jugarlos en España), necesitarán un período de adaptación y conocimiento a los rivales. Tienen material atlético y físico para destacarse en este campo, pero Romano deberá trabajar horas extras para terminar de alcanzar ese potencial y forjar un quinteto sólido en el aro propio.