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Mario Sepúlveda no es solamente una referencia dentro del TNA, siendo el jugador con más ascensos en la historia de la competencia, sino que además desde ayer consiguió un hito extraordinario en el contexto de los Argentinos de Mayores: sumó su segundo título, con 22 años de diferencia entre uno y otro.

Sepúlveda agrandó su historia dentro del básquet neuquino, participando en los dos Argentinos ganados por la provincia. Entre ambos no pudo haber mayor distancia, no solamente desde el paso del tiempo, sino también en cuanto al escenario en el cual se disputaron.

La primera consagración llegó en 1995, con un juvenil Sepúlveda de apenas 17 años. El torneo se jugó en el CeNARD y la final fue ante el local Capital Federal. En un partido apasionante, Neuquén se llevó el triunfo por 74-72, gracias a un doble agónico de Leonardo Sandón. Los dirigidos por Guillermo Narvarte conseguían su primer campeonato nacional.

Además de Sepúlveda y el mencionado Sandón, aquel plantel estaba compuesto por: Guillermo Coissón, Fabio Martín, Facundo Cajide, Sebastián Godoy, Andrés García, Bruno Gelsi, Julio Mariluan, Diego Vázquez, Eduardo Ferraris e Ignacio Ochoa.

Esta vez el presente fue muy diferente: el certamen encontró a Sepúlveda ya con 39 años y jugando el último Argentino de su carrera. Además, esta vez Neuquén fue local, aunque la victoria decisiva ante Santa Fe (95-81) no fue menos sorpresiva que aquel batacazo en Capital. Ah, y otro condimento especial: en esta ocasión pudo festejar junto a su hermano Carlos, también integrante del 12 de Pablo Romero.

Sepúlveda se despidió con una muy buena actuación en lo personal: sumó 9 puntos y 3 rebotes en 22 minutos en cancha, convirtiendo 3 de 5 lanzamientos y finalizando con un +/- de +10 (el tercero mejor de la final). Pero lo más importante, le dijo adios a los Argentinos con una alegría inigualable y un logro que será muy difícil de repetir.