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Después de una semana cargada de emociones, el Real Madrid cerró con un triunfazo agónico ante Andorra por 98-97, en un partido que lo tuvo todo. Los dirigidos por Chus Mateo venían de conseguir el boleto a los playoffs de Euroliga tras sacarse de encima al Bayern Múnich con autoridad, pero sabían que no podían relajarse si querían seguir firmes en la cima de la Liga ACB. En el Movistar Arena, los blancos estiraron su invicto como locales en la ACB y encadenaron su 16ª victoria consecutiva, aunque esta vez con el corazón en la boca.

El encuentro fue palo y palo desde el arranque, con ambos equipos castigando desde la línea de tres y mostrando un nivel de efectividad poco habitual. Musa y Evans entraron en calor rapidísimo y terminaron la primera mitad con doble dígito en puntos, en un marcador que se fue al descanso 46-44 a favor del Madrid. Ya en el tercer cuarto, los merengues lograron una leve ventaja con un parcial de 30-25, pero el último periodo fue dramático: Andorra pasó al frente a falta de tres minutos (87-88) y llegó a igualarlo sobre la bocina, aunque el triple de Kuric fue revisado y bajado a doble por pisar la línea. Eso salvó al Madrid.

Más allá del susto, las individualidades blancas volvieron a pesar. Mario Hezonja fue el goleador del equipo con 19 puntos, mientras que Facu Campazzo se despachó con 12 y fue clave en los cierres. También hubo aportes importantes de Musa y Abalde, en un equipo que encontró respuestas colectivas para frenar a un rival durísimo físicamente, con tiradores de calidad al acecho. Ahora, el Real ya pone el foco en lo que será un verdadero cruce de titanes: la serie ante Olympiacos en el Pireo, por los cuartos de final de Euroliga.

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