Basquetplus.com

Robert Battle fue sinónimo de dominio en la Liga Nacional. Con 2,04, se hizo gigante por presencia, entrega y carácter. Su juego era puro fuego, siempre al límite, y su personalidad calzaba a la perfección con el espíritu del básquet argentino. Lo querían por su intensidad y lo temían por lo mismo. Fue líder, escudo y motor de los equipos donde jugó, dejando una huella profunda en la Liga Nacional.

Su aventura en Argentina arrancó en la 2004/05 con Conarpesa de Puerto Madryn, pero no duró mucho allí: su talento lo llevó enseguida a España. Volvió en 2006 a Libertad de Sunchales, donde se convirtió en ídolo. No solo brilló con puntos y tapas espectaculares, también fue clave para que el equipo gritara campeón en 2008, barriendo a Quimsa en la final. Fue elegido el mejor extranjero y, desde entonces, quedó marcado como uno de los más grandes foráneos que haya pasado por estas tierras.

Tras nuevas experiencias en el exterior, regresó para defender los colores de Lanús, Boca y, sobre todo, Quimsa, donde vivió un romance inolvidable. En la 2014/15 tocó el cielo: ganó la Liga Nacional, fue el MVP de las finales y volvió a ser elegido el mejor extranjero. Su presencia en ese equipo fue vital, no solo por lo que jugaba, sino por lo que representaba dentro y fuera de la cancha.

Tras jugar nuevamente en el exterior, Argentina lo volvió a llamar para vestir los colores de Comunicaciones de Mercedes. Otro caso de un foráneo que se hizo querer como uno propio, esto fue algo de la historia de Robert Battle de la Liga Nacional. Finalmente cerramos con unas palabras del propio Battle cuando se anunció su regreso a Comu en el 2021: "Se sabe que para mí Argentina es mi segundo hogar, llevo muchos años jugando acá. Estoy en el final de mi carrera, no sé cuantos años más pueda jugar pero obviamente prefiero que los últimos años sean acá”