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Damian Lillard y Portland Trail Blazers no pasan la mejor temporada. Después de los rumores de traspaso y una campaña con bajos porcentajes en tiros de campo, el base debió operarse por una lesión abdominal que lo aquejaba desde 2015 y que se operó después del consejo de Jrue Holiday en la concentración de los Juegos Olímpicos de Tokio.

“Un día no podía entrenar, tuve que parar y fue él el que me dijo que me tenía que operar. Me describió todos los síntomas, me dijo que había pasado por lo mismo y que necesitaba una operación”.

A partir de su ausencia, los Blazers lograron algunas buenas victorias, con el regreso de CJ McCollum después de su colapso pulmonar y a la aparición de Anfernee Simons, que promedió 25.7 puntos y 7.4 asistencias en enero. En este contexto, el récord de 19-26 los ubica lejos de los playoffs.

Así las cosas, Lillard dejó en claro que no volverá si no tienen aspiracioens de llegar a playoffs: “Si de lo que se trata es de jugar para ver si llegamos a una elección de draft alta, eso no tiene sentido para mí. No voy a jugar para ver si subimos puestos en el draft. No soy capaz de hacer eso. Si eso es lo que se pretende, lo que se ha decidido, no tiene sentido que yo juegue”.

Sin embargo, su regreso será dentro de seis u ocho semanas: “Me dijeron que dentro de seis u ocho semanas veremos cómo va todo. Mi objetivo número uno sigue siendo ganar un anillo de campeón. Para lograr eso, tengo que estar en la mejor forma física posible. Cuando sienta que puedo llegar a eso, hablaremos de cuál es la situación y qué es lo mejor”.