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Sin dudas que Draymond Green es uno de los grandes responsables de la dinastía de Golden State, pero sus dos caras cada tanto perjudican a unos Warriors que ahora lo perdieron en el momento menos indicado. Es que necesitan ganar el tercer punto y no tendrán al jugador que aporta el juego sucio y la fuerza desde la actitud.

Y en este cruce ante Domantas Sabonis su esencia pudo más que la razón. Si claro, el lituano le agarró el pie, pero su acción terminó perjudicando al equipo y lo dejará fuera de la serie, como en el quinto partido de las finales del 2016 ante los Cavaliers.

Allí, Draymond golpeó a LeBron y luego fue suspendido, no jugó y la serie y el título terminó en manos de Cleveland por 4-3, remontando ese 3-1 que parecía imposible.

Además, fue expulsado un total de 17 veces en su carrera y le cobraron 17 técnicas en lo que va de la campaña. Lo echaron en tres oportunidades en total.

Los ejemplos podrían ser varios más, pero se resumen en que termina perjudicando al equipo de Steve Kerr. Sin Green, los Warriors pierden intensidad defensiva y un baluarte en la movilidad de balón tan característica del equipo.

Golden State está contra la espada y la pared, y deberá demostrar en este tercer juego todo su carácter y experiencia de campeón para evitar la derrota ante un Sacramento que llega agrandado y con la tranquilidad del 2-0 en la serie.