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Para los ciudadanos de Philadephia, el viernes 2 de marzo de 1962 parecía un día como cualquier otro. El frío durante esa jornada era insostenible en todo momento y nadie pensaba que iba a ocurrir un suceso que marcaría la historia de la NBA.

El fin del invierno azotaba en Pensilvania poco más de 4.000 personas asistieron al partido que se disputaba en el Hershey Arena entre Philadelphia Warriors y New York Knicks. Los locales ya estaban clasificados a playoffs mientras que el pasar del equipo de la gran manzana no era de los mejores. El partido era totalmente intrascendente y gran parte de la prensa local no envió a corresponsales a cubrir el partido.

La temporada de Wilt Chamberlain era asombrosa. Promediaba más de 50 puntos por partido y tan solo tres meses atrás, el 8 de diciembre de 1971, anotó 73 puntos en la derrota de su equipo ante Los Angeles Lakers por 151-147 en triple suplementario.

Como era habitual en los Warriors, Chamberlain comenzó el partido con mucha confianza. Anotó 13 de los primeros 19 puntos del equipo y pese a la dura marca de Darral Imhoff, el pivote finalizó el primer cuarto con 25 unidades. El entrenador de Nueva York cambió varias veces la defensa, pero siguió con su dominio y Philadelphia se quedó con el segundo cuarto por 79-68, con 41 puntos de Wilt.

El goleo seguía siendo altísimo en Pensilvania, durante el descanso los jugadores de Philadelphia decidió pasarle la mayor cantidad de balones a Wilt, porque intuían que sucedería algo histórico. En el primer minuto del tercer cuarto llegó a los 50 puntos, absolutamente nadie lo podía parar. Chamberlain anotó 28 de los 46 puntos de su equipo y finalizó el período arriba por 125-106.

Los presentes en el estadio estaban viviendo algo histórico. Tan solo dos minutos tuvieron que pasar para que Chamberlain iguale su marca de 73 puntos. A partir de allí, cada canasta del pivote era sumamente festejada por todos los presentes. En un lapso de cinco minutos anotó 19 más y sumaba un total de 92.

Ya no sabían cómo defender a Wilt. Con poco menos de dos minutos para el cierre, el pivote llevaba un total de 98 puntos. Tuvo tres chances para llegar a la centena, pero las falló. A falta de 46 segundos se desató la locura en el Hershey Arena, Chamberlain se elevó cerca del canasto y encestó su punto número 100. Allí se produjo una invasión del público presente, todo el mundo quería estar cerca de su ídolo que había hecho historia. Tardaron más de diez minutos para desalojar al público y terminar de jugar los 46 segundos que restaban.

El partido finalizó 169-147 favorable a los Philadelphia Warriors y Wilt Chamberlain finalizó con una planilla de 100 puntos, 25 rebotes y 2 asistencias en 48 minutos de juego. Con 36 de 63 en tiros de campo y 28 de 32 en libres. La capacidad anotadora del pivote fue tan importante, que nadie pudo igualar su récord de puntos en un mismo partido. El que estuvo más cerca de lograrlo fue Kobe Bryant con sus míticos 81 puntos ante Toronto Raptors el 22 de enero de 2006.