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James Harden es uno de esos nombres que ya tienen reservado su lugar en el Hall of Fame, pero aún carga con una deuda simbólica: nunca fue campeón. Con su inminente participación en los playoffs 2025, el escolta de los Clippers sumará 16 apariciones consecutivas en postemporada desde que llegó a la NBA en 2009. Solo cinco jugadores en la historia lograron meterse siempre en playoffs durante sus primeras 16 temporadas: Karl Malone, John Stockton, Tony Parker, Robert Horry y Scottie Pippen. La diferencia es que todos, menos Stockton y Malone, pudieron festejar al menos un anillo.

Los números de La Barba lo respaldan: 87 victorias y 79 derrotas en su carrera en playoffs, distribuidas entre Oklahoma City (3 apariciones), Houston (8), Brooklyn (1), Philadelphia (2) y ahora Los Ángeles Clippers (2). Harden no solo fue constante, sino que también lideró a equipos a finales de conferencia y una final NBA en 2012. Sin embargo, el anillo sigue esquivo. A los 35 años, se encuentra cuarto en la lista de jugadores con más partidos de playoffs disputados sin haber salido campeón, en una nómina que ya suena más a castigo que a mérito.

Esta temporada regular fue una reivindicación para su juego. Disputó 79 partidos con los Clippers y promedió 22.8 puntos, 8.7 asistencias y 5.8 rebotes, siendo clave en la estructura ofensiva de un equipo que cerró con un sólido récord de 50-32. Su adaptación junto a Kawhi Leonard fue progresiva, pero efectiva, y con el equipo encendido en el cierre de la fase regular, Los Ángeles llega con expectativas legítimas de pelear en el Oeste. Harden, en modo veterano cerebral, encontró nuevas formas de impactar sin monopolizar el balón como en Houston. Pero la gran pregunta se mantiene: ¿podrá Harden romper el hechizo?