Otro día con la rutina de lo imposible, por los Pacers
08:47 06/06/2025 | Indiana ha normalizado las remontadas y triunfos in extremis, pero lo que más asombra es la conciencia de como repetirlo. Si ganar así es suficiente, ¿por qué cambiarlo?
Los Pacers lo volvieron a hacer. En el juego 1 de las Finales 2025, vencieron 111-110 a Oklahoma City Thunder tras ir perdiendo por 15 puntos a falta de 9:42 del último cuarto. Con ese resultado, empataron la mayor remontada en un último período en la historia de unas Finales, igualando la hazaña de los Mavericks ante Miami en 2011. El dato de las derrotas a equipos que iban perdiendo por 9 o más a 3 minutos del final era debastador 0-182, era... Más impactante aún: los Pacers estuvieron en desventaja durante 46 minutos y 26 segundos del juego, y recién pasaron al frente con el tiro ganador de Tyrese Haliburton a 0.3 segundos del final.
No fue una excepción en su camino a las Finales: esta ya es la quinta victoria en los playoffs tras estar en desventaja de 15 o más puntos, un récord absoluto en la era play-by-play de la NBA. Indiana también se convirtió en el primer equipo de la historia en ganar cuatro series consecutivas como visitante en los últimos dos años, cada vez como el equipo con desventaja de localía. “No damos nada por perdido hasta que el reloj dice cero”, sentenció Haliburton tras el partido. Y no es una frase hecha: en estos playoffs, el base ya convirtió cuatro tiros ganadores o para empatar con menos de 1.5 segundos en el reloj, algo que solo LeBron James ha hecho más veces en la historia.
Lo ocurrido en Oklahoma City no resiste análisis lógico. Indiana cometió 19 pérdidas en el primer tiempo, la mitad de sus asistencias totales (24), y aun así se impuso ante uno de los mejores sistemas defensivos de la liga. OKC tiró un 39% de campo y su estrella, Shai Gilgeous-Alexander, anotó 38 puntos (14/30), pero sus compañeros principales, Chet Holmgren y Jalen Williams, se combinaron para 8 de 28. En contraste, los Pacers anotaron 18 triples con una eficacia del 46%, y empataron el récord de Finales con nueve jugadores diferentes encestando al menos uno.
Los aportes fueron repartidos: Obi Toppin sumó 17 puntos desde el banco, 11 en la segunda mitad, mientras que los cinco titulares anotaron en doble dígito, aunque ninguno superó los 19 puntos. Aaron Nesmith y Andrew Nembhard fueron claves en los últimos minutos con triples y defensa; Pascal Siakam bloqueó una bandeja de SGA y encestó un tiro propio en el mismo lapso. El equipo ganó en rebotes por 56-39, a pesar de no destacarse por esa faceta durante la temporada regular. La estadística más contundente: Indiana está 8-1 en partidos clutch (definidos por 5 puntos o menos en los 5 minutos finales) en estos playoffs.
Desde 1997, solo Michael Jordan había encestado un tiro ganador en las Finales con menos tiempo restante que Haliburton el jueves. Más aún, antes de esta postemporada, los equipos con desventaja de 7 o más puntos en el último minuto de juego tenían récord de 1-1640. Indiana lo logró tres veces en esta misma campaña. ¿Destino? ¿Irracionalidad estadística? El entrenador Rick Carlisle tiene algo que ver: es el único coach en lograr cuatro remontadas de 15 puntos o más como visitante en finales de conferencia o Finales (dos en 2011 con Dallas, dos ahora con Indiana).
Haliburton reflexionó sobre el origen de esta resiliencia: “Después de la barrida del año pasado, todos decían que no merecíamos estar ahí, que fue un golpe de suerte. Eso nos marcó. Este año, con todo en contra, decidimos tomar cada crítica como personal. Y ganamos como sabemos”. Los Pacers no solo están rompiendo moldes; están reescribiendo el guion de lo que se creía posible en una serie de NBA.
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