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El extraño caso del invicto DeMarcus Cousins

14:29 15/02/2022 | El pivote supo ser 4 veces All Star y 2 veces integrante del segundo equipo ideal de la NBA, pero nadie lo quería. Hasta que llegó a Denver.

Cousins discutiendo con un árbitro, con Campazzo de testigo (Getty)

DeMarcus Cousins es uno de esos casos típicos de Estados Unidos. Talentoso, hecho para el básquetbol, pero con una vida errática, que lo llevó de arriba abajo y de abajo a arriba varias veces, como una montaña rusa. Se nota que su sensibilidad emocional es irregular, y explota por cualquier tontería, como un niño al que le roban el chupete. 

Cousins fue estrella en una Universidad importantísima como Kentucky, fue elegido número 5 en el draft de 2010 por Sacramento, y con los Kings jugó seis temporadas y media a alto nivel, al menos individual. Empezó justo cuando Chapu Nocioni se fue a Philadelphia. Quizá le faltó un veterano guía en sus comienzos. 

Igual, sus números en Sacramento fueron de All Star (que de hecho lo fue, 4 veces), promediando en 470 partidos, 21.1 puntos y 10.8 rebotes. Claro que lo suyo no era solo el juego. Se peleó con el entrenador Paul Westphal, fue suspendido por la NBA por encarar de mala manera a Sean Elliott en San Antonio por criticarlo en TV y tuvo mil problemas de conducta, además de 16 técnicas en la temporada 12/13 y varias expulsiones, siempre por sus reacciones fuera de lugar. 

Pese a que siguió con sus problemas de conducta (un poco menos), sus números eran tan buenos que los Kings le firmaron 4 años y 62 millones de dólares en el 2013. En la 13/14 y 14/15 sus números explotaron: 22.7 pts y 11.7 rebs en la primera; 24.1 y 12.7 en la segunda, respectivamente. En diciembre de 2014 tuvo meningitis, pero volvió sin efectos negativos. 

En medio de la temporada 2016/17, luego de haber sido campeón del mundo con Estados Unidos en el España 2014 y de los Juegos Olímpicos en Río 2016, los Kings finalmente decidieron traspasarlo a los Pelicans por Tyreke Evans (que había sido compañero suyo en Sacramento) y Buddy Hield, entre otros. En los Pelicans también jugó a alto nivel (25 puntos y 12.7 rebotes de promedio), hasta que en enero del 2018 se rompió el tendón de Aquiles. Un año casi exacto después, logró convencer al GM de los Warriors para entrar al Golden State que iba por su tercer anillo seguido, pero que sufrió las lesiones de Thompson y Durant en las finales ante Toronto, perdiendo ese título. Cousins lo hizo bien, por lo que fue fichado por los flamantes Lakers de LeBron y Anthony Davis (excompañero en los Pelicans), pero otra vez una lesión lo apartó un año: ligamentos de la rodilla, antes de empezar la temporada en la que los Lakers serían campeones. 

Con dos lesiones pesadas encima, desde ese momento nada volvió a ser igual. Estuvo en los Rockets, en los Clippers y arrancó la 2021/22 nada menos que en los campeones Bucks, pero a los dos meses lo cortaron. Entonces apareció su extécnico en Sacramento, Michael Malone (2013-2015) y lo llevó a Denver, donde sigue con sus mañas y su conducta irreverente, pero con un dato demoledor: DeMarcus lleva jugados 7 partidos desde su llegada a fines del mes pasado, y ganó los 7. En los 5 que Denever perdió, o no jugó o no estaba disponible. Increíble marca. 

Sus números están siendo muy buenos para un pivote de su inconstante regularidad (6.1 puntos, 6.4 rebotes en 13 minutos de media), pero pareciera estar cada día un poquito mejor. Después del deadline de traspasos, los Nuggets lo ficharon en su segundo contrato de 10 días. Le quedan 5. No pueden volver a ofrecerle ese trato. Es firmarlo por lo que queda de la temporada o decirle adiós. Ayer, Michael Malone dio un indicio claro: "DeMarcus ha encontrado su hogar".

Y es lo que se ve. Cousins, de apenas 31 años, está entusiasmado. Anoche, fue él el que frenó a Austin Rivers cuando iba a encarar a los árbitros por una falta no cobrada. "Hombre, estás nervioso, te vas a parecer a mí cuando estoy exaltado". Y Malone lo cargó también por la volcada (la primera con los Nuggets), cuando roló a una asistencia de Campazzo. "No lo había visto hacer el pick and roll hacia adentró así en 4 años". 

Los compañeros están contentos de tenerlo. Él está contento de estar. Estos casos son particulares, porque todo lo que está bien puede cambiar a estar mal por esa fragilidad emocional del protagonista. De lo que no hay dudas es que Cousins es un tremendo jugador para estar en el rol que está. "Si se pone en ritmo y sigue mejorando su estado físico, va a ser importante para nosotros. Él es una personalidad ruidosa, y nosotros necesitamos alguien así", dijo Malone. Quizá Mike sea el mejor colchón de Cousins para volver a ser el que fue. Ahora todo depende de él y de su cuerpo. 

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