Basquetplus.com

En el verano de 2022, Boston estaba obsesionado con dar el último paso hacia la gloria. Venían de perder las Finales ante Golden State y, aunque tenían una base fuerte con Jayson Tatum y Jaylen Brown, la dirigencia buscaba una superestrella de calibre histórico para romper definitivamente la barrera. Kevin Durant, que acababa de pedir el traspaso en Brooklyn, era la obsesión. Según confirmó Shams Charania en el programa de Pat McAfee, los Celtics ofrecieron a Brown, Derrick White y una primera ronda del Draft, pero los Nets rechazaron la propuesta.

Si ese intercambio se hubiese cerrado, la NBA habría cambiado radicalmente. Boston habría roto la dupla Tatum-Brown para sumar a uno de los mejores anotadores de todos los tiempos, pero a costa de su futuro y profundidad. En cambio, decidieron apostar por la química y la progresión interna, lo que terminó rindiendo frutos: Brown creció como estrella y White se convirtió en una pieza clave en defensa y tiro exterior. Con ese núcleo y las llegadas de Kristaps Porziņģis y Jrue Holiday, los Celtics conquistaron el campeonato en 2024 y ahora buscan repetir.

Mientras tanto, Durant terminó en Phoenix, donde las expectativas nunca se cumplieron del todo. A pesar de sus 26.6 puntos, 6 rebotes y 4.2 asistencias por partido, los Suns están peleando por entrar a los playoffs. Boston, en cambio, se mantuvo firme en su convicción y hoy disfruta de un equipo consolidado, con Brown promediando 22.4 puntos, 5.9 rebotes y 4.6 asistencias. A veces, la mejor movida es la que nunca se hace.