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Lonzo Ball sufrió una pequeña rotura de menisco en enero y se perdió el resto de la temporada 2021-22 con Chicago Bulls, con los que venía teniendo una gran campaña. El base de 24 años fue operado el 28 de enero y el pronóstico inicial marcaba de seis a ocho semanas para su regreso, algo que finalmente no sucedió.

Mientras el jugador llevaba a cabo el proceso de rehabilitación, la franquicia anunció que Ball sufrió un hematoma en el hueso de esa rodilla, lo que derivó en que decidieran desplazarlo del equipo por el resto de la temporada.

Pasó la temporada y los aficionados de los Bulls esperan por Lonzo, una de las piezas más importantes de la estructura del equipo. Sin embargo, las declaraciones dadas por el GM de los Bulls, Arturas Karnisovas, con respecto a la salud del jugador no fueron nada alentadoras.

“Está un poco mejor. Probablemente no a la velocidad que nos gustaría. Esperamos que pueda estar preparado para el training camp, pero son solo suposiciones”. Por su parte, en la Summer League, el entrenador del equipo Billy Donovan, habló con la prensa sobre la lesión de Ball y confesó que esperaban que “la recuperación fuera más rápida”, con un claro signo de resignación.