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Atenas festejó frente a San Lorenzo por primera vez luego de 23 derrotas de manera consecutiva. Si, parece increíble dado que hablamos del equipo más ganador de la Liga Nacional y el que participó en todas las ediciones. Y esta racha quedó segunda en lo que respecta a la historia de la competencia.

Atenas cortó con la segunda racha de derrotas más larga de la historia de la #LigaNacional:
3⃣0⃣ Andino (LR) - 2002/03
2⃣3⃣ Atenas (C) - 2022/23
2⃣0⃣ Racing Club (A) - 1996/97
2⃣0⃣ Echagüe (P) - 2016/17
1⃣9⃣ Firmat FC (F) - 1987
1⃣8⃣ La Unión (F) - 2013/14
📸 @gerlruiz73 / Atenas pic.twitter.com/SWHuEGbRhu

— Roberto Martin (@robertofmartin) February 16, 2023

Sin embargo, hay un dato que tienen en común todos los que cayeron 19 veces seguidas o más y que preocupa a un Griego que deberá torcer la tendencia. Según lo publicado por Roberto Martín, todos los que perdieron esa cantidad de partidos o más terminaron descendiendo de categoría.

Y la salvedad es que La Unión de Formosa, tuvo 18 partidos perdidos en la 2013-14 y no perdió la categoría dado que no hubo descensos en esa temporada.

Firmat FBC sufrió 19 caídas de manera consecutiva en la temporada 1987 y terminó siendo uno de los tres que debió bajar a lo que era la Liga B en ese entonces. Terminó con solo seis victorias en 31 partidos.

Por su parte, tanto Echagüe de Paraná en la 2016-17, como Racing de Avellaneda en la 1996-97, no vieron la victoria por 20 partidos y la campaña siguiente tuvieron que jugar el Torneo Nacional de Ascenso o la Liga Argentina. Los entrerrianos terminaron cayendo en la serie por la permanencia ante Boca, mientras que la Academia terminó último con solo 12 triunfos en 56 partidos.

Por último, las 30 derrotas consecutivas de Andino de La Rioja en la 2002-03 continúan siendo un récord inalcanzable. Los riojanos vencieron en la fecha 3 de aquella temporada ante Quilmes como visitantes y luego perdieron todos los demás partidos, incluida la serie de la permanencia ante Regatas de San Nicolás.

Los antecedentes no juegan a favor de Atenas, pero el destino está para ser cambiado y los cordobeses aún tienen tiempo para dar vuelta la situación. ¿Podrá?