Finales NBA

La ley del deseo: LA Lakers aplastó a Miami y es el campeón de la NBA

23:01 11/10/2020 | Ganaron 106-93 y después de 10 años, recuperaron el cetro de la mejor Liga del mundo, empatando a Boston con 17 títulos.

Lakers-Heat: LeBron, dueño de las finales NBA (Foto Getty)

Después de llenarse de dudas tras el quinto punto final, donde se esperaba la coronación ante un disminuido Miami, los Lakers salieron al sexto con una energía tan grande que despedazaron en 15 minutos a un rival exhausto, que no pudo reponerse nunca a los continuos golpes recibidos, como aquel boxeador que queda groggy y solo espera el nocaut. Los Lakers no tuvieron piedad, ganaron 106-93 y se consagraron campeones de la NBA luego de 10 años, alcanzando su título número 17, igualando a Boston en la cima. LeBron James fue la figura -con otro triple doble- 28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias, consiguiendo su cuarto título con tres equipos distintos. 

La duda inicial era cómo afectaría a ambos equipos lo ocurrido el viernes. ¿Le daría una confianza extra a Miami? ¿Le generaría más dudas a los Lakers? Con un detalle no menor, como la vuelta de Goran Dragic, quizá más como efecto visual que como factor deportivo, el Heat empezó equilibrando un mal arranque con dos bombazos de Robinson, ante unos Lakers que se olvidaron de los pivotes fijos (Howard, McGee), y apostaron por una alineación más combativa en el campo de los hombres más bajos, con Davis de cinco y mucha dinámica. 

Miami aguantó 9 minutos, mientras no estuvo tan desacertado en ofensiva y mientras pudo sostener la intensidad física. Los Lakers fueron una máquina de defender, de salir corriendo en transición y de sacar ventaja de su poderío corporal. LeBron lideró ese rubro, aunque tuvo en Rondo al tipo ideal para ver dónde estaba la posibilidad de hacer diferencias en cada momento.

Rondo (también LeBron), fue agresivo yendo al cesto, desafiando a la defensa rival, y demostrando que estos partidos son los que más le gustan. Miami, con Butler casi parado, sin poder sacar ventajas cerca del cesto ni en transición, con la pintura totalmente bloqueada y con sus jóvenes quizá demasiado sobrepasados por el huracán que se les vino encima, quedaron casi con el triple como única vía ofensiva. 

Los Lakers fueron una tromba imparable que no les dio ninguna opción. Del 17-16 de los 9 minutos pasaron a cerrar el cuarto 28-20, a sacarle 15 promediando el segundo cuarto, y a cerrar la mitad con un parcial de 18-4 para terminar con un aplastante 64-36, luego de tomar una máxima de 30 (64-34), tras dos triplazos de Caldwell-Pope (15 puntos con 3/3 triples hasta ahí).

No hubo más partido. La segunda mitad fue un simple trámite legal para coronar a los Lakers como los campeones de una temporada especial, con unos playoffs maravillosos y unas finales que lamentablemente no terminaron como Miami lo merecía, que era con paridad. Pero el título angelino es incuestionable.

En una burbuja donde lo mental tuvo más importancia que nunca, fueron suficientemente duros para reponerse a una derrota inicial en las dos primeras rondas, a un cruce contra Denver que pintaba complicado, y a un par de derrotas en la final que lo hicieron dudar. Con LeBron en el rol de líder indestructible, se quedó con la serie 4-2 y con el anillo que se le negaba desde el 2010, el último de la franquicia y de Kobe Bryant, alguien que tuvo mucho que ver con la motivación general de este grupo. 

Para James fue su anillo más especial. El cuarto, con su tercer equipo (Miami, Cleveland antes), el de mayor presión por la gigantesca movida que hizo la franquicia para llevarlo a él y a Davis, y porque con 35 años confirmó que puede aspirar a ser considerado el mejor jugador de la historia. Igual, ya no tiene que demostrarle nada a nadie. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

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