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Hay equipos que serán recordados a través de toda la historia y uno de ellos, sin dudas, el más icónico de todos los tiempos es el de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Una constelación de estrellas, el primer gran equipo estadounidense repleto de figuras y líderes de la NBA. 

Pero al equipo le faltó una de las grandes estrellas: Isiah Thomas. El base fue una de las grandes estrellas que tuvo Detroit Pistons durante toda su historia y de su mano lograron obtener los dos anillos de campeón venciendo a grandes equipos.

La llegada de Michael Jordan a Chicago Bulls los convirtió en una de las grandes dinastías de la historia de la NBA. Su Majestad dominó la competencia por una década y se catapultó como el mejor jugador de la historia. En 1992 lideró el seleccionado estadounidense que ganaría la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona.

Jordan había tenido muchas diferencias y problemas con Thomas, lo cual lo llevó a poner una gran condición a Chuck Daly para formar parte del equipo, según se conoció años después. Las diferencias entre ellos había comenzado poco tiempo antes cuando Chicago, liderado por Jordan, pudo superar a Detroit Pistons por primera vez en la historia, en ese momento Thomas sacó a sus compañeros de la cancha sin saludar a sus rivales.

“Rod, no pienso jugar en el equipo si Isiah está en el equipo”, eso fue lo que le comunicó Jordan a Rod Thorn, miembro del comité de USA Basketball, quien estaba encargado de confeccionar la lista de jugadores para disputar los Juegos Olímpicos. Thorn había sido general manager de los Bulls y conocía muy bien a Michael.

Finalmente y como todos supimos, Jordan sí formó parte del equipo campeón de Barcelona 1992 y Thomas, no. Michael siempre desminitió esa acusación y, no solo eso, sino que dijo que Isiah no era del agrado del entrenador Chuck Daly según le comentó a él mismo. Lo cierto y real, es que a Thomas lo privaron de formar parte del mejor equipo de la historia.