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En la fase de grupos de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Argentina pudo volver al triunfo luego de su caída ante España por la segunda jornada. En esta ocasión venció con mucha autoridad a China, puso su récord positivo ahora y se mantiene entre los primeros puestos, con un pie y medio en la segunda fase.

Los dirigidos por Rubén Magnano tomaron el control del partido desde el comienzo, rápidamente se pusieron en ventaja y con el correr de los minutos fueron consolidando una victoria que terminó siendo contundente y determinante, sin encontrar demasiada oposición del otro lado. Con el triunfo, Argentina quedó a un paso de la clasificación pero el cordobés no quiso dar por sentado algo que aún no está cerrado. Sobre esto, comentó: “Este torneo ha echado por tierra todos los pronósticos y vaticinios previos. Puedo garantizar que nada estará decidido hasta la última fecha”.

“No le aconsejo a nadie que se ponga a buscar en una calculadora sus posibilidades de asistir a la segunda ronda. Hay que seguir jugando cada partido y esperar al final. No hay otra forma”, agregó enseguida.

Luego, Magnano habló sobre las claves y expresó “Desde el principio nos enfocamos en tratar de neutralizar a Yao Ming. Él es la principal arma ofensiva y defensiva de China”. Para cerrar detalló: “En la primera mitad lo conseguimos. Eso, y que la ofensiva china desde el exterior fue pésima, nos ayudó a abrir el marcador”.