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El 28 de agosto de 2004 se vivió un hecho histórico para el deporte argentino, Argentina venció a Italia en la definición de los Juegos Olímpicos de Atenas por 84-69. Fue la consagración más importante para el básquet argentino, la Generación Dorada pudo conseguir el oro y desató la locura.

Esa locura no conoció de fronteras, deportes ni estamentos. Si bien la consagración fue a miles de kilómetros de Argentina, fue una fiesta completa para el deporte argentino. En Argentina el básquet no era el deporte preferido o más masivo pero ese día fue algo distinto.

En Santa Fe, Colón estaba recibiendo la visita de Newell’s en un partido por la liga profesional de fútbol de Argentina. Pero en un momento, la gente se dio vuelta, le dio la espalda a la cancha y posó sus ojos sobre el televisor de uno de los palcos que estaba transmitiendo el encuentro de Argentina ante Italia en Atenas.

Ni bien finalizó el partido y se desató el festejo de los argentinos en Grecia, se replicó en “El Cementerio de los Elefantes” y no solo toda la cancha empezó a cantar y festejar, sino que la voz del estadio tomó la posta y desató el delirio de los hinchas.

Increíble lo que pasaba en un partido del fútbol argentino entre Colón y Newell's mientras la Selección Argentina conseguía el oro olímpico en básquet. #GeneracionDorada pic.twitter.com/w3eJi7jGNU

— basquetplus (@basquetplus) August 29, 2024