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El violento temporal que azotó Bahía Blanca el pasado 7 de marzo dejó un saldo devastador: 16 personas fallecidas, miles de evacuados y una ciudad sumergida en el agua. En apenas un día, cayeron 290 milímetros de lluvia, un récord histórico para la región, desbordando el arroyo Napostá y el canal Maldonado. La crisis no solo afectó a los hogares y comercios, sino también a los clubes de básquet, que cumplen un rol fundamental en la comunidad y que hoy luchan por recuperarse.

La Asociación Bahiense de Básquet (ABB) está trabajando activamente para coordinar la ayuda y canalizar donaciones. Francisco Mandará desde la comunicación de la ABB, nos explicó del panorama “los clubes de básquet no fueron indiferentes a esta situación” y destacó que muchos están recibiendo donaciones. Entre los más afectados se encuentran el Club Deportivo Whitense y Comercial, ambos ubicados en Ingeniero White, una de las zonas más golpeadas por el desastre. Además, clubes como Pueyrredón y Leandro N. Alem también sufrieron graves consecuencias. “Tenemos muchos clubes, son más de treinta asociados a la Asociación. Mañana a las 19 horas tenemos una reunión con todos los representantes para ver cómo seguimos”, agregó.

 

 

 

 

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El impacto de la inundación va más allá de las estructuras edilicias. Desde la ABB subrayaron la importancia de los clubes como espacios de contención social: “Por fin de semana, juegan más de cuatro mil chicos. Nuestra prioridad, más allá de la ayuda social, es que puedan volver al club, tener ese lugar de contención. Es la frase de ‘un chico más en el club, un chico menos en la calle’”. Mientras tanto, la mencionada Asociación está canaliza donaciones y colaboraciones, no solo para los clubes directamente afectados sino también para jugadores que han perdido sus hogares.

La respuesta solidaria de la comunidad basquetbolística ha sido inmediata. Figuras como Manu Ginóbili, Pepe Sánchez, Puma Montecchia y Flor Chagas se movilizaron para dar una mano desde sus espacios. El Dow Center, de Sánchez, y el club Liniers, liderado por Juan Espil, también han brindado apoyo logístico y recursos.

El estado de los clubes es complicado porque el resultado de estar bajo agua durante tantas horas se va a ver dentro de unos días, cuando se sequen las tablas de la cancha. Son varios los clubes que se inundaron completamente, y los de White estuvieron bajo agua hasta ayer. Aún hay clubes incomunicados y la Asociación está a la espera de informes detallados para organizar nuevas acciones de asistencia. Mientras Bahía Blanca intenta reponerse del desastre, la comunidad basquetbolística alza banderas de solidaridad y esfuerzo conjunto para que los clubes vuelvan a ser el refugio deportivo y social de siempre.