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Estados Unidos llegó ayer a la Argentina y hoy realizó un partido amistoso contra Boca en La Bombonerita, que se terminó llevando con amplitud, 94-66, pero sin marcar esa diferencia en el desarrollo real del juego. El plantel llegó con muy pocas prácticas y apenas 3 jugadores con experiencia en estas ventanas FIBA.

¿Qué fue lo que mostraron? Según pudimos averiguar, no hubo ninguna característica saliente para remarcar, más allá de que hacen bien las cosas. No se mostraron como súper atletas, ni tampoco con un dominio físico exhuberante. De hecho, tanto Sandes como Rivero dominaron buena parte del juego en la pintura. 

Como era de esperarse, básicamente intentaron correr los sistemas de juego que tienen poco aprendidos, y quizá por ese motivo se mostraron sin demasiadas variantes, ni defensivas ni ofensivas. No hubo muchas opciones de rotaciones ni de cambios, sino más bien defensa individual con atrapes en los pick and roll. 

Ofensivamente, pese a que su jugador más experimentado y alto (Zeller, 2.13, único blanco del plantel), podía sacar diferencias, prácticamente no utilizaron la habilitación al pivote en el poste bajo. Son buenos tiradores a pie firme, con dos bases normales, sin gran explosión, y no sacan ventaja en talla, sobre todo en la media cancha.

Habrá que ver cómo los afecta el poco roce que tienen con el juego FIBA, más allá de conocerse poco entre ellos. Pocos son los que jugaron fuera de los Estados Unidos y no es fácil adaptarse con tan pocas prácticas encima. Veremos si en La Rioja o Montevideo cambian algo.