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Las estadísticas suelen tener dos caras muy marcadas. Algunas veces, se utilizan de manera banal y no se les da un contexto. Pero, en la gran mayoría de los casos, sirven para dimensionar el impacto que tiene o ha tenido un jugador o un equipo en su época. Realizar un triple-doble es algo muy complicado para cualquiera y son pocos los atletas que lo consiguen regularmente. Sin embargo, hay un escalón todavía más alto: el cuádruple-doble. En total, apenas cuatro pudieron lograrlo. Nate Thurmond, leyenda que falleció hace exactamente cuatro años, fue el primero de ellos.

Ocurrió el 18 de octubre de 1974 en un partido entre sus Chicago Bulls y los Atlanta Hawk que terminó en victoria para los de la Ciudad del Viento por 120-115. Curiosamente, era el debut del interno con esa camiseta. Aquella noche terminó con un registro de 22 puntos, 14 rebotes, 13 asistencias y 12 tapones, para conseguir la primera cuadruple decena oficial (se cree que Wilt Chamberlain logró un quíntuple-doble en 1968) en la competencia.

Thurmond acumuló esos números en un momento justo. Apenas un año antes, la NBA había incluido en sus planillas los bloqueos y los robos. Pasaron doce temporadas para que otro deportista pudiera hacer algo similar: Alvin Robertson, quien sumó 20 tantos, 11 recobres, 10 pases gol y 10 recuperaciones en un juego entre San Antonio Spurs y Phoenix Suns durante 1986. Luego, tan sólo Hakeem Olajuwon y David Robinson agregaron sus nombres a la lista.

A lo largo de su trayectoria, el pivote se consolidó como una de las grandes leyendas que ha dado la competición. Brilló con los San Francisco/Golden State Warriors, pasó por los mencionados Bulls y luego finalizó su carrera en Cleveland Cavaliers. En ese tiempo, participó siete veces del All-Star Game e integró el Mejor Quinteto Defensivo de la liga en dos ocasiones. En 1985 lo incluyeron en el Hall of Fame y en 1996 fue nombrado como uno de los cincuenta mejores jugadores de todos los tiempos.