Este sábado, Luis Scola comenzó el camino de su quinto Mundial con un triunfo argentino sobre Corea del Sur (95-69). A sus 39 años todavía se mantiene como uno de los motores principales del seleccionado nacional, porque entendió que para su juego tenía que mutar para mantenerse vigente. En ese sentido, el ala pivote viajó a China con un preparador físico personal de primer nivel: Marcelo López. Con él fue con quien hablamos sobre esta aventura que le tocó vivir durante la etapa de Scola en la Liga de China, así como también sobre el peso específico del capitán argentino como un profesional de élite del más alto nivel.
- Resumime dos años en China con Scola...
. Independientemente de ser un orgullo estar con Luis, con quien me siento identificado y representado, hace mi trabajo mucho más fácil de lo que en realidad es. Al poder tener un referente de su tamaño, que entiende, sabe y conoce lo que necesita en cada momento de su vida deportiva, hace que yo solamente tenga que escucharlo, que mis propuestas sean mínimas ante la necesidad de observación real en sensación de lo que necesita él. Entonces, propuestas que yo proponga y que posiblemente no caigan tan bien en su cuerpo, hacen que yo modifique o que modifiquemos esa carga o método para acomodarlo a la real necesidad de él. Eso pasó mucho este año, en el que manejamos un 30% del volumen que veníamos trabajando en años anteriores, por la necesidad de cumplir sobre factores que él necesita para el juego moderno: velocidad de ejecución, enfrentar a los grandes, dribblear mejor la bola. Es un visionario por así llamarlo, se anticipa a las cosas que van pasando, que el básquet va mostrando. Más allá de la necesidad propia de poder ayudarlo a ponerse en forma, creo que el beneficio más grande lo saqué yo al poder estar con él, vivenciando todo lo que hace. Es una experiencia importantísima, única para mí.
- Dentro de ese esquema, tenés que estar con él, vivir y viajar en China, así como convivir con su equipo...
. La cultura oriental, a la cual estamos muy poco adaptados, hace que sea muy importante tener un amigo al lado, con el que viajás, compartís cenas, almuerzos, mates, viajes y demás. Está claro que uno es profesional y va por la función y el rol que tiene, pero esto hace mucho más ameno todo dentro de una cultura totalmente diferente a la nuestra.
- ¿Qué aprendiste en estas dos temporadas?
. Aprendí un montón de cosas, todas referidas a un cultura que cuando uno la plantea, quizá no sea el sueño de uno viajar o trabajar en China. Pero cuando uno empieza a observar la dinámica que particularmente tiene el deporte allá y principalmente el básquet, tiene un lado muy positivo: están mucho más cerca de la dinámica que se ejecuta en el mundo. Sin hacer diferencias entre la liga china, argentina, española, o la que fuera. Tiene una versatilidad y un dinamismo que no se ve en otras ligas, particularmente estas que son occidentales. Aprendí que posiblemente tengan una estructura relacionada a la táctica más bien ortodoxa y tradicional, pero al mismo tiempo un juego vertiginoso, diferente, de ida y vuelta, de muchas posesiones. Toda esa formación con la que nosotros podemos ver al básquet transformándose en todo el mundo; se van unificando todas las variables del básquet. Si bien cada uno tiene su modelo predeterminado, se va definiendo un solo básquet. El que no engancha en esa línea, se queda afuera.
- ¿Llegaste a ir con tu familia o solo?
. Solo, no creo que sea un lugar para que la familia se instale mucho tiempo. Sí obviamente para conocer la cultura y algunos lugares, eso forma parte del turismo. Pero no llegaron a conocer ellos, no solamente por lo anterior, sino porque los valores de los pasajes son muy caros y hacen que no se pueda soportar todo eso.
- ¿Sabés si van a seguir?
. No.
- ¿Cómo unís eso con las semanas en el campo?
. En realidad forma parte. Tuvimos un parate muy corto, en el cual, si bien había necesidad de recuperar su cuerpo, también había necesidad por comenzar este nuevo proceso. Estaban las dos líneas, así que programamos hacer tres días para las primeras semanas, para poder dar un proceso mayor de recuperación. Empezar a entrenar, mover el cuerpo, pero también tener un proceso mayor de recuperación que necesitaba. La liga china es muy dañina a nivel corporal, exigencias, viajes y cantidad de partidos. Las exigencias son al límite. Se juega de forma vertiginosa, en un ida y vuelta constante, corriendo mucho. Eso hace, dependiendo el biotipo de cada uno, el poder soportarlo más o menos. Luis soportó toda esa situación como un caballo, pero eso tiene un daño o cansancio. Eso hace que él necesite un proceso de recuperación, como cualquiera. Ya tener un objetivo claro como el Mundial de China, generaba que estuviéramos en el medio de un proceso de recuperación y de comienzo de pretemporada. Estábamos al límite, pero intentamos llevarlo lo mejor que su pudo para reparar su cuerpo y empezar a entrenar.
- El caso de él es curioso, porque para recuperarse necesita entrenar...
. Siempre exige entrenar, que la recuperación sea desde el entrenamiento. Es algo que valoro mucho, porque cada uno tiene que sentir propiamente lo que le hace bien y mal. A él posiblemente le hace más daño hacer un parate largo, que mantenerse en entrenamientos, aunque sean más reducidos. Sinceramente necesita seguir entrenando.
- No es una cuestión de ser obsesivo, sino de ser estudioso y responsable...
. Su nivel de inteligencia para con esto, su sensibilidad y su emoción de lo que necesita, marcadamente está por encima de cualquiera, inclusive con aquel que planifica. Él sabe manejar la situación y valorar muy inteligentemente su nivel de cansancio o necesidad. Es muy difícil que se equivoque.
- Es un desafío para vos, de alguna manera te pone a prueba todo el tiempo...
. Sí, pero sería necio de mi parte imponer cuando las sensaciones reales con su cuerpo las tiene él. No estoy diciendo que no tenga una equivocación, está claro. Lo que quiero decir es que él, escuchando su cuerpo, es más eficiente que yo planificando en un desayunador con un mate.
- A vos, de alguna manera, él te pide lo que quiere...
. Él va exigiendo cosas que él cree que a su cuerpo le van a hacer bien, en relación a las experiencias previas y la necesidad a futuro que tiene. Nosotros teníamos tres semanas, que era un buen tiempo para prepararnos con cierto grado de minimizar riesgo de lesiones y demás. Inclusive también pusimos en práctica variables que tampoco habíamos trabajado tanto. Yo creo que es muy inteligente para con eso. Cuando vos sos inteligente sabiendo qué tenés, qué necesitás y que deseas en un determinado tiempo, eso ya es todo, es ser atleta, profesional. Sacando lo conocido, que él se alimenta y duerme excelentemente bien, se cuida en todo sentido, no queda nada librado al azar.
- ¿Tiene el cuerpo de un tipo de 39 años?
. No. Cuando un jugador empieza a hacer notar su cronología es con los momentos de recuperación. Yo creo que la inteligencia motriz aplicada a la cancha, que puede ser física y de picardía, va a ser la misma. Va a sacar las herramientas, capaz no va a saltar para volcarla hacia atrás como antes, pero va a dar un plus desde el lado de la inteligencia. En los jugadores longevos se va viendo que los tiempos de recuperación o la cantidad de horas de recuperación, posiblemente sean más. Para mí tiene la misma performance, pero necesita más tiempo o terapia para recuperarse.
- ¿Sos el gurú del ayuno?
. En China no puedo hacer ayuno, porque el desayuno es una de las comidas que tengo. Por principios lo tengo que hacer igual, pero hace dos años que estoy en ayuno.
- Eso no lo implementás con Luis, ¿o sí?
. Luis no desayuna. La idea es abrir la ventana de comida dell día que habitualmente está relacionada con un almuerzo tardío y cerrarla a las ocho horas. Mientras vos tenés la apertura de la ventana, por ejemplo las 15:00, durante ocho horas comés todo lo que necesites para suplir las necesidades del día. Cuando cerrás la ventana comienza el proceso de 16 horas en el cual no comés nada sólido; sí se pueden ingerir bebidas, principalmente agua está claro. Infusiones no se debería, pero siempre un mate va. En realidad son 16 horas de ayuno y 8 horas de ingesta de sólidos.
- ¿Y el hambre?
. No hay hambre. Vas a pasar por un proceso de adaptación, en el cual luchás durante las primeras dos semanas. Después empezás a notar que con esto controlás el hambre.
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