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Luis Guil es español, entrenador y, como muchos de sus colegas y compatriotas, se dio cuenta hace un tiempo que si se quedaba sentado esperando solo ofertas de la acb, iba a estar en problemas. Entonces agarró la valija y salió de España. Dirigió 4 años en Venezuela y, desde la temporada pasada, comanda al Saga Ballooners de Japón, equipo que ahora milita en la segunda división japonesa y que sumará a Marcos Mata, aunque todavía el fichaje no se ha hecho oficial. 

La ecuación tiene sentido. Guil, en sus 4 años en Venezuela, se hizo habitué del básquetbol latinoamericano, algo que ocurre con pocos entrenadores europeos. "Yo conozco bien a los jugadores latinos. De hecho tuve alguna vez la posibilidad de ir a dirigir a la Argentina. Y en esos años en Venezuela ví muchas veces a Mata, a Deck, y a Marcos lo vengo siguiendo hace tiempo. Por eso lo fichamos".

Guil se deshace en elogios al marplatense, al que no lleva como uno más del equipo: "Mata es un jugador muy bueno tácticamente, polivalente, que puede jugar de 3 y de 4. Yo intento jugar un básquet moderno y rápido y en ese esquema él puede jugar las dos posiciones sin problemas. Y como es tan bueno tácticamente, a mí me favorece, porque en la Liga Argentina se juega un baloncesto en ese sentido parecido al español, algo que no es tan común en Japón". 

En cuanto a la tarea que tiene para Mata, es bastante clara: "Él viene de ser un líder más en un equipo con muchos líderes. Aquí yo quiero que sea un líder importante. Piensa que hay 3 extranjeros por equipo, pero solo 2 pueden estar en cancha al mismo tiempo, entonces es necesario que se convierta en una pieza clave del equipo".

También se refirió a la adaptación que podrá llevarle adecuarse a Japón y a la Liga: "Mira, lo bueno para él es que el entrenador, el asistente y el preparador físico son españoles, también fichamos a Reynaldo García y mi asistente japonés habla español, así que no debería tener problemas. No sé cuánto inglés habla, pero igual los japoneses mucho no lo usan. En cuanto al país, tengo entendido que tiene un carácter parecido al de los japoneses, que son silenciosos y que predican con el ejemplo, así que debería sentirle bien".

Los Ballooners están ubicados en Saga, una ciudad de 250.000 habitantes, lejos de Tokio (1150 km), pero muy cercana a Fukuoka, una ciudad que, para muchos, es la de mejor calidad de vida de Japón, y que está a media hora de tren. "La ciudad es pequeña, pero tiene todo. El club, como todos los de las tres divisiones del baloncesto japonés, es muy profesional. Ahora están construyendo un estadio para 10.000 personas estilo NBA, con salones VIP y demás, que se terminará el año que viene".

Los Ballooners son un club especial, que explicaremos en otro informe. Guil está enamorado de la cultura y de la Liga de Japón. "Esta es la liga del futuro. Fuera de la acb, para mí, será líder. Tiene todo y cada vez crece más. Los viajes son en avión, habitación individual para todos, profesionalismo en todas las categorías... El que maneja el baloncesto de mi club, por ejemplo, es el hijo del dueño, tiene 22 años, pero ya hizo cursos de alto nivel profesional con la Juventus en Italia y tiene las cosas muy claras". 

Guil también elogió la tarea que viene realizando Julio Lamas en el país: "Creo que es uno de los grandes responsables del cambio que está viviendo el baloncesto japonés. Él lidera ese cambio desde que llegó". 

Fabián García / [email protected]
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