Luego de ocho años Argentina volvió a decir presente en un Mundial femenino U17, y de entrada, lo arrancó con el pie derecho.
Dentro de la formación clásica de esta camada, la única variante fue tener a Rocío Cejas de inicial en lugar de Sofía Acevedo. Las otras cuatro que completaron el quinteto salen de memoria: Florencia Chagas, Candela Gentinetta, Victoria Gauna y Lucía Operto.
En ese despertar del partido, Argentina se disparó al frente 5-0, y casi dos minutos más tarde estiró la brecha a 9-2, haciendo valer sus rompimientos, y no perdiendo la oportunidad de sumar desde la línea.
La escuadra europea reacomodó su estructura tiempo después, calmándose en ataque, y desde allí, ajustando en consecuencia.
Nuestras chicas ya no tuvieron tanta facilidad al momento de penetrar, y en el aro propio, entre aciertos de larga distancia, y una buena utilización del fondo de cancha la escuadra húngara terminó de equilibrar el tanteador.
La celeste y blanca debió replantearse sus situaciones ofensivas, debido a que por los ajustes de su adversario, se encontró jugando muy alejada del canasto. Una vez resuelto ese problema, recuperó su norte, y terminó cerrando el primer cuarto con una mejor sensación, aunque abajo 19-14.
En el segundo capítulo, la impronta de Florencia Chagas volvió a gravitar. En base a su juego, el equipo encontró variantes y opciones de tiro, lo que las llevó a arribar al promedio distanciadas sólo por cuatro puntos del elenco europeo (22-26).
De igual forma, ese esfuerzo llevado adelante se vería golpeado de forma contundente por un rápido 9-0, que las dejó 11 abajo (35-22) de cara a la recta final del primer tiempo.
La presión, sumada a los saltos en ayuda, fueron males que a la Argentina le costó sobrellevar, y terminaron de repercutir al momento de atacar.
Con más ganas que básquet, nuestras chicas encararon el descanso largo separadas por 20 unidades (47-27).
Otro sería el panorama al regreso de zona de vestuarios. Con más dinamismo para desarrollar su juego, y buscando confundir con variantes defensivas, la celeste y blanca llegó a poner en apuros en varios pasajes a Hungría.
Explotando más y mejor el hecho de correr, a nuestra Selección se le abrieron más canales de ataque, y cuando debió frenar la bola y utilizar la cuenta completa de posesión, tuvo paciencia para buscar el tiro.
El adversario acomodó sus piezas a tiempo, y no dejó arrimar más allá de los 14 tantos a nuestras chicas, para luego, con mejor puntería y una defensa más atenta a los rompimientos, retomar los 20 de luz, y llegar al capítulo final con diferencia y reloj a su favor (44-66).
El elenco criollo buscó quemar sus últimas naves de movida, sabiendo que no tenía tiempo que perder.
Pese al ir y venir entretenido del trámite, la brecha no varió en demasía, y luego de un tiempo prudencial, pensando en que el Mundial sigue y prácticamente no da descanso, Laura Cors terminó de rotar el equipo.
La bocina final dio el 85-61 a favor de Hungría, y nuestras chicas, a partir de ahí, ya comenzaron a pensar en el siguiente rival, el cual será España, este domingo, a partir de las 10 (hora de nuestro país). En su debut, la “Ñ” doblegó a Nueva Zelanda 83-48.