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Cuando se proyecta un jugador argentino, normalmente de la Liga Nacional, hacia el nivel internacional suele abrirse el debate sobre qué posición puede ocupar en esa clase de competencias.

Los ejemplos más cercanos, si bien hay muchos, suceden con dos jóvenes que actualmente forman parte de la selección que se prepara para el Preolímpico: Gabriel Deck y Patricio Garino.

Del jugador de Quimsa, se dice con razón que deberá hacer la transición (algo que ya viene haciendo en su equipo) de su puesto natural de ala pivote, hacia el perímetro, no sólo por su altura sino también por su físico.

Algo más debatible es el caso de Patricio Garino, con varias voces que recomiendan un salto a la posición de escolta. Incluso el propio alero de George Washington reconoce que eso sería lo ideal, aún cuando hoy se siente mucho más cómodo jugando de tres.

Pero, ¿cuáles son exactamente los parámetros de comparación cuando hablamos de altura por posición?, ¿es realmente bajo un alero de 1,98 como Garino para el básquet internacional?, ¿cuántos centímetros regalaría Deck si sigue jugando de cuatro?

Estas preguntas y varias más, intentamos comenzar a responderlas con el siguiente informe, empezando por comparar la altura promedio por posición del plantel argentino, con las medias de los equipos que se preparan para el Eurobasket.

Primero, vale aclarar que el primer parámetro tiene que ver con la altura promedio de todos los conjuntos del europeo, mientras que el segundo, se reduce a aquellos equipos de primer nivel (España, Francia, Croacia, Serbia, etc) que son los que se suelen tener como referencia máxima.

En principio, hay tres posiciones donde Argentina tiene un déficit considerable de altura: base, escolta y pivote. Sin embargo, no todos los casos son similares y hay algunos más preocupantes que otros.

El que consideramos menos grave es el de base. Argentina es capaz de utilizar en ese puesto a jugadores por encima de la media (1,90) y si en este torneo no lo hace, es por la aparición de Facundo Campazzo, quien sabemos que lo que no tiene de estatura, lo tiene en muchos otros apartados. Aquí podríamos hablar de elección y no de obligación.

El tema del pivote, si bien considerable y problemático, es difícil de solucionar, debido a que sencillamente nuestro país no cuenta con jugadores (o personas) que lleguen a los promedios de los valores europeos (2,12). En otras palabras, podemos buscar acercarnos, pero difícilmente alcanzarlos y vale recordar que esta selección ganó todo con un pivote de 2,08 como Fabricio Oberto.

Quizá donde el tema altura sí pueda considerarse como un factor a analizar, es en la posición de escolta. Sacando a los fenómenos Manu Ginóbili y Carlos Delfino, Argentina ha tenido problemas en el último tiempo encontrando jugadores en esa posición que lleguen a la media del primer nivel internacional (1,95/1,96).

En este torneo, aún con un dos muy alto como Nicolás Brussino, los escoltas apenas llegan al 1,91, un número considerablemente bajo para la elite.

Con esto obviamente no queremos decir que la altura sea el único tema a tener en cuenta, y son cientos los ejemplos que demuestran lo contrario, pero a la vez, no deja de ser un punto para analizar y al menos, saber donde estamos parados.

Los dos puestos donde Argentina no parece tener inconvenientes con respecto a las potencias es en sus tres y en sus cuatros. Como vemos, el 1,98 de Patricio Garino está muy cerca de los valores europeos para los tres e incluso el plantel de Hernández presenta aleros más altos que los del europeo (2,00 vs 1,99).

Igualmente, no todo es Europa y también es interesante compararnos con el resto de nuestro continente americano, en este caso, utilizando de parámetros a los equipos del pasado FIBA Américas 2013, así también como al Estados Unidos campeón del Mundial 2014.

Como vemos, los números a nivel americanos son muy distintos y de hecho, Argentina se encuentra por encima del promedio de su región en todas las posiciones, menos en la de pivote. Cuando lo comparamos con Estados Unidos, las diferencias son muy similares a los registros del Eurobasket.

Está claro que en los próximos años, las clasificaciones para la selección nacional serán tan complicadas como los torneos grandes, por lo que no sólo se puede tener en vista la relación contra las potencias, sino también contra los pares (Puerto Rico, Dominicana, Brasil, etc).

¿Podríamos mirar a los parámetros de elite y apuntando a ellos, superar indirectamente a los rivales locales? Podría ser. Pero sí nos empecinamos en creer que sólo podemos tener un equipo con una estructura similar a la europea y que todos nuestros jugadores deben adaptarse a eso, estamos en problemas.

Puesto de otra manera, sí Patricio Garino está uno o dos centímetros por debajo de la media de elite para la posición de alero, no es cuestión de desesperarse y obligarlo a moverse a un puesto donde no se siente cómodo.

Cuando se habla de altura, no hay que perder de vista de las medidas de las que estamos hablando. Piensen en cuánto son realmente un par de centímetros... ¿puede ser eso decisivo, sin tener en cuenta también largo de brazos, potencia física o capacidad de salto? Complicado.

Para volver a los primeros lugares, hay que empezar por ganarse el derecho a competir por ellos y encontrar el mejor balance entre lo que da resultado en nuestro continente, con lo que puede funcionar fuera de él.