Bahía sigue haciendo historia y se ha convertido en el primer finalista de la Liga de las Américas 2017. En un partido chivo, reñido y definido en los últimos segundos, el elenco argentino venció 74-65 a Fuerza Regia y mañana jugará por el título internacional. Heroico una vez más lo de este Bahía, de la mano de muchos grandes factores pero con un ya consagrado y enorme Lucio Redivo (23 puntos).
El sueño de Bahía está cada vez más cerca, y sin lugar a dudas que este equipo ha demostrado ya quedar en la historia de los grandes independientemente de que (hasta ahora) no ha logrado títulos. Mañana estará ante una posibilidad única de ponerle un broche de oro a este duro camino, en la final del torneo (20:30 de nuestro país) y ante el ganador de Guaros-Leones de Ponce. Queda un paso más para finalmente poder bañarse de gloria, aunque este equipo argentino ya viene escribiendo páginas doradas desde hace tiempo y nada ni nadie podrá borrar esto tan fuerte que está generando.
La expectativa que se tejía en la previa ya era demasiado grande. Bahía venía edificando un camino cada vez más sorprendente, no por dudar de su riquísima actualidad y ese grupo de jugadores nutrido mayormente por pibes que no le tienen miedo a nada, sino por lo que representaba esta nueva experiencia internacional en la LdA.
Y fue dando pasos sólidos, duros por momentos pero muy fuertes que lo llenaron de convicción. Buena primera fase, una emocionante etapa de semifinales y ahora se chocaba de lleno ante esta prueba mayor, ante un rival que llegaba como el único invicto. Claro que esa condición de imbatible de Fuerza Regia terminó quebrándose ante Bahía, que le hizo un planteo gigantesco desde lo defensivo y jugó un partido que lo marcará por siempre.
Se estudiaron mucho en el arranque, ambos tratando de imponer juego desde la defensa para luego soltarse a las posibilidades que se le abrieran adelante. El primero que se mostró levemente mejor fue Fuerza Regia de la mano de Panko, sin embargo fue efímero porque cuando Bahía ajustó (sobre todo desde la defensa de Vaulet) se puso a tono. Adelante, los bahienses también se mostraron sólidos cada vez que Johnson participó, incidiendo en cada ofensiva, corrigiendo o ayudando. Cuando la bola pasó por el pivote Bahía estuvo más cómodo, independientemente de carecer efectividad en el tiro exterior.
Sin embargo el punto clave fue la defensa, el resguardo que presentó Bahía y el gol que le sacó a los mexicanos. Solamente permitió 12 puntos en contra, adelantándose 17-12 al finalizar el primer periodo. Bahía, más fuerte en el fondo, pesó con su planteo defensivo.
El arranque del segundo cuarto de Bahía iba a ilusionar, porque arrancó mucho más suelto y sorprendió a Fuerza Regia. Cuando apareció Redivo, hasta entonces bastante contenido, la diferencia se hizo más grande y el cachetazo fue más contundente. Bahía llegó a sacar 15 de ventaja (29-14) tras un bombazo de Redivo, pero luego se pinchó y acusó su gran déficit: esa irregularidad de un momento a otro que hicieron del partido una montaña rusa.
Los mexicanos aprovecharon ese bajón y con creces. Volvió a pegar Panko, pero en el medio Glynn y Toscano también tuvieron llegadas interesantes. Fuerza Regia apareció fuertemente con un parcial de 12 a 0 para ponerse a solo una posesión abajo (29-26), pero Bahía recuperó algo de su linea, contuvo mejor en los últimos dos minutos y recuperó ese gol que había perdido por más de seis minutos. Así se fue al entretiempo 34-28 arriba.
Bahía entró enchufado en el reinicio de las acciones. Con mucho de Vaulet, tomando rebotes e imponiendo su físico en ambos aros o al anotar, el elenco de Ginóbili volvió a tomar buenas ventajas y se escapó a doce (47-35). La diferencia se mantuvo bastante, aunque un ascendente Fuerza Regia siguió presionando y una inesperada bomba de Glynn obligó un final cerradísimo. Bahía siguió arriba, pero apenas por 51-47.
Y ese momento de crecimiento mexicano siguió traduciéndose en el último parcial, de la mano de un Toscano que fue la gran bandera de Fuerza Regia. Bahía empezó a pecar, nuevamente irregular, con muchas pérdidas que lo fueron condenando y la tan asfixiante presión de los nervios. Era un juego de ajedrez donde Fuerza Regia venía más entonado y la responsabilidad de contenerlo le llegó a Bahía.
Pero Bahía encontró aire en el final. Con Fuerza Regia al acecho, casi por darlo vuelta, Johnson metió una asistencia clave para Vaulet y el cordobés decoró la jugada con un doble decisivo. Para asegurar más la historia Redivo apareció como ese gran cerrador que viene siendo y metió otro doble. Bahía pasó 70-65 arriba con 35s por jugar, donde para beneficio del equipo argentino Fuerza Regia perdió una bola increíble en la reposición. Todo se iba encaminando.
Y a pesar de que el triunfo estaba en la puerta, el suspenso no acabó hasta que sonó la chicharra definitiva. Los libres de Fjellerup y aquel gran cierre colectivo en el fondo terminó de abrochar un triunfo soñado por 74-65, en un nuevo y gigantesco paso de este sorprendente Bahía que sigue escribiendo páginas gloriosas de su joven pero rica historia.