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Situación: un joven D'Angelo Russell llega a Los Angeles Lakers el año pasado luego de ser elegido con el número dos del draft 2015. ¿Había alguna chance de que Russell no se apoyara en Kobe Bryant para comenzar su carrera NBA, imitando a uno de los mejores de la historia? Sí, había una chance.

Y es que, si bien Russell aprovechó la presencia de Kobe como compañero, al jugador que había admirado y copiado desde chico era otro, muy distinto: Manu Ginóbili. "No es lo mismo cuando te preguntan por tu jugador favorito. Ahí puedes elegir a uno de esos grandes, como Kobe o Iverson, pero cuando yo pensaba en qué jugador quería tener como modelo y parecerme en su juego, prefería a Manu Ginóbili", le dijo Russell a ESPN.

"Uno trata de mirar hacia lo que está acostumbrado. Manu nunca fue tan atlético, pero pasaba muy bien el balón, Podía también anotar y era impredecible, además de ser zurdo, por lo que fue siempre un espejo al que intenté copiar", agregó. 

Cuenta la historia que la familia de D'Angelo no terminaba de entender como el joven se pasaba horas y horas mirando partidos de Manu, rebobinando y volviendo a ver, para imitar luego sus movimientos. Y el día soñado llegó el año pasado, cuando se enfrentaron por primera vez los Spurs ante los Lakers y Ginóbili fue a la línea de libres, a pocos metros de Russell.

"Hey, quiero decirte que es un verdadero placer estar acá con vos". Fue lo que le salió de adentro a Russell. El destinatario era, obviamente, Manu. Russell no recuerda lo que Ginóbili le contestó, pero sí que sintió una emoción enorme por estar al lado del jugador que había sido su modelo a seguir. 

Cuenta el padre de D'Angelo que, cuando el joven crecía, los mejores zurdos eran Jalen Rose y Lamar Odom, sobre todo por su habilidad para manejar el balón pese a su altura. Pero D'Angelo solo miraba a Ginóbili. Su visión de juego. Y el padre se dio cuenta con el tiempo que su hijo empezaba a hacer las mismas cosas que Manu. 

Su idea era inteligente: Manu tenía características físicas muy parecidas, además de un gran impacto. "Cuando él entraba al juego, las cosas cambiaban. Era muy impredecible, y lo sigue siendo a los 39 años. Todavía es complicado defenerlo", sostiene Russell. 

A pesar de todo, lo que más admira Russell de Manu tiene que ver con otra cosa: su energía. "No sé cómo hace, pero siempre está listo. Es difícil estar en el banco y estar preparado todo el tiempo. Pero él siempre lo está. Y eso es un talento".