NBA

La desconocida historia de Joe Bryant, el papá de Kobe

09:31 30/08/2020 | Disputó un total de ocho temporadas en la competencia estadounidense, pero lejos del nivel que alcanzaría su hijo. Fue el mentor de la leyenda de los Lakers.

Foto: Getty Images

Hablar de básquet y de NBA lleva inevitablemente a recordar a Kobe Bryant. Su legado ha sido tan grande que incluso trasciende las fronteras del deporte, al punto de convertirse en una especie de culto para aquellos que encuentran en su figura un espejo en el cual comparar su determinación. Lo que pocos saben es que la leyenda de Los Ángeles Lakers se enamoró de la anaranjada gracias a Joe, su padre. Este es el protagonista de una extensa carrera que fue, entre otras cosas, el combustible inicial que utilizó su hijo para alcanzar la gloria.

Nacido en 1954 en Philadelphia, Joe exhibió desde chico dos pasiones bien claras: por su ciudad y por lanzar una pelota al aro. En aquellos playgrounds de mitad del siglo XX, forjó un estilo que le permitió ganarse un nombre dentro del siempre competitivo microclima de esa zona. Jelly Bean, como lo llaman y llamaban en su círculo íntimo, llegó a la Universidad de La Salle luego de brillar en su etapa de secundaria. Allí pasó dos temporadas y en la última registró promedios de 21,8 puntos y 11,4 rebotes.

Golden State Warriors, campeón reinante de la competencia estadounidense, se interesó en el talento del ala pivote y lo eligió en el puesto catorce del Draft de 1975. Pero, para fortuna de Bryant, lo traspasó antes del inicio de la campaña a los Philadelphia 76ers. Jugar en su casa era, por motivos obvios, una bendición para él. Sumó cuatro cursos en los que jamás alcanzó el nivel de estrella, pero se consolidó como una pieza de recambio importante en un equipo que tenía como principal figura a Julius Erving. En 1977 se dio el gusto de llegar a las Finales, aunque los Sixers cayeron ante Portland Trail Blazers. Dos años más tarde, fue traspasado a San Diego Clippers.

En la franquicia de la Conferencia Oeste tuvo su mejor temporada: la 1981/82, en la que consiguió medias de 11,8 tantos, 3,7 recobres y 2,5 asistencias por encuentro. Sin embargo, a la siguiente volvió a ser negociado y recaló en Houston Rockets, donde completó sus últimas apariciones en la NBA. Tras esa experiencia, decidió viajar a Europa para comenzar una nueva etapa en su trayectoria: jugó en Italia con la camiseta de AMG Sebastiani Rieti, Olimpia Pistoia y Reggiana. También lo hizo en Francia, donde defendió los colores del Mulhouse. En 1992 se retiró y, mientras Kobe crecía adaptándose a diferentes culturas y él le inculcaba el amor por el básquet, volvió a los Estados Unidos para ser entrenador.

En esa faceta se destaca su llegada al banquillo de Los Angeles Sparks, conjunto de la WNBA con el que pudo alcanzar las Finales de Conferencia en 2006. Además, dirigió en Japón y cumplió el sueño de pasar tiempo en un país que siempre lo atrajo. De hecho, el nombre de su hijo surgió de un corte de carne típico de ese territorio asiático. El 2015 supuso el final para la extensa vida deportiva de un hombre que quizás no haya tenido el talento para brillar como una estrella, pero que sirvió de ejemplo y faro para uno de los más grandes atletas que se hayan visto en la historia.

Leandro Carranza | [email protected]
En Twitter: @basquetplus | En Twitter: @leocarranza99

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