Playoffs LNB 2014/15

Javier Martínez: “No es una revancha, me fui sin rencores”

13:36 29/05/2015 | Hablamos con el base de La Unión, figura para eliminar a Regatas, el club donde fue ídolo y campeón. “Ahora vamos por más”, avisa rumbo a semifinales.

Martínez brilló en el juego 4, con 22 puntos y 6 asistencias. (Foto LNB.com.ar)
Fue el hombre de la serie. Por su rendimiento (13.5 puntos, 4.8 rebotes y 3.8 asistencias) y por todos los condimento que tenía para él. Javier Martínez fue el héroe de La Unión, quien dio el gran golpe al eliminar en los cuartos de final del Norte a Regatas, justamente el club donde el paraguayo fue ídolo y campeón y pasó gran parte de su carrera. 
 
El base dejó Corrientes en 2014 y, a casi un año de la derrota en la final contra Peñarol, se dio el gusto de eliminar a su ex equipo, sumando 22 tantos y 6 asistencias en el 91-76 final. Por supuesto, vivió una mezcla de sensaciones por la alegría de seguir adelante con los formoseños (irán en semifinales contra San Martín) y el nudo en la garganta de dejar en el camino a una institución por la que tiene un enorme cariño. Martínez explica todo en una nueva charla con Básquet Plus. 
 
-Cuando hablamos después del primer partido, la verdad es que te notaba tranquilo, como sabiendo que esto podía pasar. ¿Vos te veías ganador en ese momento?
-Sí, una vez que ganamos el segundo puntos se afianzó mucho más esa situación mental de que no sólo podíamos ganar sino también liquidar la serie. Tuvimos muchísimos errores en el tercer partido. Cuando ellos eran los que tenían que venir a apurarse, fuimos nosotros los que quisimos cerrar la serie como sea, y Regatas llegó muy bien preparado táctica y defensivamente hablando. Nos cortaron todo tipo de tiro abierto de Frazier, el uno contra uno de Mc Gowan y mi pick and roll con Martina, que por ahí pasa mucho nuestro juego. Nos ganaron por 20 jugando de local y estuvo bien el marcador. Para el cuarto hicimos algunos ajustes, y entre el final del tercero y el principio del último tuvimos decisiones muy acertadas en todo sentido y que encima terminaron en goles con buena efectividad. Desde ahí manejamos muy bien el ritmo y ganamos una serie que fue mucho más pareja de lo que dice el resultado final. 
 
-¿Cuál fue la sensación después del juego 3? Porque tenían la chance de cerrar todo en casa pero no pudieron hacerlo, fueron dominados y parecía que Regatas volvía a la serie. ¿Cómo funcionó la cabeza en ese momento para preparar el cuarto?
-En playoffs son todos los partidos diferentes. Regatas mereció ganar el tercero, se preparó de gran forma y nosotros fuimos maniatados. Cuando perdés de esa manera y el rival juega tan bien, no te queda otra cosa que dar vuelta la página, olvidarte de lo que pasó y prepararte para el próximo partido. Eso fue lo que hicimos.
 
-Siempre remarcaste su personalidad, carácter y experiencia para la serie, y la verdad es que demostraron tener esas cualidades, sobre todo por la forma en que cerraron el partido de anoche. ¿Esos aspectos terminaron de inclinar la balanza?
-Sí, y de los dos lados. Nosotros tuvimos la experiencia, y a ellos les jugó una mala pasada saber que quizás era demasiado peso perder una serie contra La Unión. Más allá de que ellos también tienen jugadores de experiencia, creo que nosotros tenemos un poco más y eso pesó un poco en el resultado final y en la toma de decisiones. 
 
-Si tuvieras que nombrar un par de claves para explicar su victoria sobre Regatas, tanto en el juego como en los intangibles, ¿cuáles serían?
-En los dos partidos en Corrientes nuestro hombre dominante fue Frazier. Encontró partidos de más de 20 puntos, y en el segundo tuvo acciones clave en el final, donde estando abajo metió seis puntos seguidos y nos dio aire para cerrar bien el juego. Y después en el último creo que todos nos repartimos el juego, tanto el goleo como en la parte defensiva, para hacer que ellos no se sintieran tan cómodos como en el tercer partido. Creo que fue una serie redondita para nosotros por haber cerrado de la manera en que lo hicimos. Por otra parte, hay muchos intangibles. Por ejemplo, mantener la tranquilidad en el momento adecuado y saber que para nosotros no había domingo para un quinto partido, porque Regatas iba a llegar con demasiado envión, ya con la presencia de Paolo Quinteros, que le daba una tranquilidad y confianza al plantel por su jerarquía más allá de hacer o no 20 puntos. Eso pasó en el tercer partido, pero ayer no dejamos que profundizara tanto. También fue importante la tranquilidad de Fabio (Demti) y el cuerpo técnico para repartir los minutos de los que más jugamos. Estábamos con lo justo y generalmente terminamos pidiendo la hora desde lo físico en todos los partidos. Sobre todo en este tipo de juegos, porque Regatas no sólo tiene un plantel largo, sino que todos tienen piernas y físico. A mi me tocó la mala suerte de sufrir durante toda la serie a Espinoza presionándome. Tiene los brazos muy largos y en los primeros minutos me daban las piernas para romper la primera línea, pero a partir del tercer cuarto ya se me hacía complicado. Creo que fueron muchos detalles.  
 
-Hace un año estabas jugando la final con la camiseta de Regatas frente a Peñarol. ¿Imaginabas en ese momento o en algún pasaje de tu estadía en el club que te iba a tocar eliminarlo?
-No sé si eliminarlo. Lo del año pasado me acuerdo bien, porque justo el 28 de mayo es el cumpleaños de mi hija mayor y ese día perdíamos un partido en Mar del Plata. Anoche me vinieron cosas a la cabeza, y tenía ganas de regalarle a mi nena más grande algo así, porque por mi situación no pudimos darle un festejo como merece una nena de ocho años. Pero la realidad es que antes de aquella final, alrededor de febrero o marzo, ya tenía decidido cambiar de aire. Creo que era lo mejor para mi y para Regatas, que necesitaba otro referente y que mi presencia no sea impuesta por otro entrenador. Lastimosamente, ahora a uno le tocó perder. Yo ayer tenia mucha felicidad, pero al mismo tiempo no puede dejar de pensar en Regatas. Especialmente en los dirigentes, que son a los que más conozco y hacen un esfuerzo muy grande para, por objetivos, club a nivel social y todo lo que representa en la provincia, hacer de Regatas la mejor plaza de la Liga. Y conste que estuve en ciudades hermosas como Mar del Plata, o en equipos con un gran orden y cumplimiento económico como Sionista o Libertad. Lo cierto es que las sensaciones anoche eran bastante difusas, sentía pena por esa gente que quizás no esperaba ser eliminada en primera ronda. No estoy triste, pero sí tengo las sensaciones encontradas porque esa gente hace bien las cosas. De mi parte, estoy contento por haber dado un paso muy importante con La Unión. Ahora esperamos estar a la altura de la siguiente fase. 
 
-¿Fue una especie de revancha o esa no es la palabra? Porque me decís que la decisión de dejar el club la tenías bien madurada y fue tuya...
-Sí, yo lo decidí y me acuerdo bien el momento. Después de jugar un partido en Buenos Aires contra Lanús sentí que ya era momento de no dilatar las cosas y esperar a que se terminara la Liga para empezar de cero. Ahí había dicho que no tenía ganas de seguir en el club con el rol que estaba cumpliendo, y sabiendo que iba a seguir el mismo cuerpo técnico por dos años más decidí dar un paso al costado. Creo que fue una decisión acertada más allá de que a nivel personal y familiar fue muy dolorosa. Eso fue lo que más dolió, por estar los últimos cinco años en un mismo departamento, donde tenés toda tu vida cotidiana arreglada y con tres hijas en edad escolar, que es un tema complicado por cambiar de colegio y todo lo que representa. Fue un cambio brusco y doloroso, pero creo que fue necesario de ambas partes, porque Regatas también necesitaba otro aire de liderazgo. Pero para nada fue una revancha, no es la palabra acertada. Me fui sin rencores de ahí, creo que ellos no me deben nada ni yo les debo nada a ellos en cuanto a lo profesional. 
 
-Pero me imagino que digerirlo va a llevar un tiempo por todo el sentimiento para con ese club...
-Sí. A mi no me va a cambiar nada la manera en que salí. Trato de ser bastante objetivo en mis pensamientos. He recibido mucho de ese club y esa ciudad, y también he dado tanto de mi parte, que no hay saldos pendientes de ambas partes. 
 
-Que en estos cuatro partidos se haya visto lo mejor de la temporada de La Unión y, fundamentalmente, tu mejor rendimiento, ¿se lo atribuimos a que eran los playoffs o a que el rival era Regatas?
-Ambas cosas. Cuando vas de banca tenés mucho menos para perder. Cuando tenés un saldo favorable después de los dos primeros partidos como nos tocó a nosotros, enseguida te cambia la cabeza, te olvidás de todas las lesiones, problemas y cambios de extranjeros que tuvimos a lo largo de la fase regular. Inclusive tuvimos la mala suerte de la lesión de Dobbins en el segundo partido, cuando nos estaba dando una mano importante. Y son golpes muy difíciles para la cabeza, hay que estar bien preparados. Por suerte los asimilamos bien. Creo que son las dos cosas, el hecho de tener un rival de la jerarquía de Regatas y también estar en playoffs, que como había dicho en la última nota, es plata o mierda y no tenés nada que perder acá. La cabeza te juega de otra manera y te olvidás de los sinsabores de los 52 partidos de fase regular en donde pasaste más cosas negativas que positivas.  
 
-¿Y ahora qué podemos decir de La Unión para lo que sigue? ¿Cómo se ven contra San Martín?
-Si yo estuviera del lado de San Martín, pensaría que lo mejor que les pudo haber pasado en que nosotros hayamos pasado de ronda. Por lo que significa Regatas y por tener jugar un clásico en esta instancia de playoffs, principalmente desde la parte emocional, porque te juega en la cabeza el hecho de qué puede pasar si perdés. Pero creo que San Martín tuvo una temporada buena, tuvo un cruce muy parejo con Olímpico pero fueron superiores en el último partido, tienen mucho gol en la mano y se los nota a todos los jugadores contentos con el rol que tienen. Sin embargo, nosotros queremos más, no podemos cruzarnos de brazos y decir que salvamos la temporada con esto. Sí, el pensamiento no ganador quizás te lleva a eso, a pensar así por el hecho de no haber tenido una buena Liga en la fase regular pero después haber dejado en el camino a un equipo que yo veía como el único que en la zona podía hacerle frente a Quimsa en una serie larga. Pero nos vamos a comer un peludo importante si vamos con ese pensamiento erróneo. Ahora vamos por más y lo vemos factible. Respetamos y conocemos los puntos altos de San Martín. Pero la cabeza en los playoffs juega de otra manera. Si lo encaramos como lo hicimos contra Regatas, puede ser una serie pareja y estar para cualquiera, más allá de que ellos tienen la ventaja de localía. 
 
Leandro Fernández / [email protected]
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