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¿Será el Mundial de Brasil? Se dice casi siempre lo mismo desde Indianápolis 2002, pero 3 mundiales después, parece haber llegado el momento en serio, tras el fracaso estrepitoso en Japón 2006 (no pasó la primera ronda) y la caída en octavos ante Argentina en Turquía 2010.

Y ahora volverá a tocarle Argentina. Como en Turquía, como en Mar del Plata 2011, como en Londres 2012...parece a propósito. Desde que Rubén Magnano asumió como entrenador de Brasil en el 2010, todos los partidos clave para conseguir cosas importantes le tocaron frente a la Argentina.

Ahora la situación parece distinta de antemano, y es lo mismo que cree Marcelo Huertas, que escribió un blog en la página oficial de la Euroliga hablando sobre el momento de su equipo. Huertas empezó destacando la historia de Brasil. "Brasil es el único equipo además de Estados Unidos que nunca se perdió un campeonato del mundo. Y ha demostrado que es un equipo grande en el mundo, y está creciendo, incluso en este torneo".

Luego se refirió al anterior mundial. "Una de las razones por las que todos queremos algo grande en este Mundial es que tenemos malos recuerdos de perder en los octavos de final de la última Copa Mundial en Estambul. Sentimos que no deberíamos haber perdido ese partido contra Argentina. Pensamos que nos merecíamos más que eso. Hemos estado trabajando no sólo este año, sino en los últimos cinco o seis años que hemos estado juntos, para poner a Brasil en lo más alto del báqsquetbol mundial".

Fue entonces que le dedicó un párrafo especial a Rubén Magnano. "Tuvimos diferentes entrenadores antes que él, pero desde que Rubén Magnano se hizo cargo en 2010, hemos crecido mucho como equipo. Hemos aprendido un montón de cosas. Individualmente, siempre hemos tenido el talento y el potencial, pero ahora sabemos cómo jugar mejor como equipo. Tenemos mejores conceptos y entendemos más el juego, no sólo en la ofensiva, sino también defensivamente. Por ejemplo, muchos equipos internacionales tienen ahora gente alta que puede jugar en el juego interior o en el exterior, lo que los hace difíciles de defender. Tuvimos que ser más inteligentes y saber, cada vez que el rival hizo un cambio, ajustar nuestra defensa. Cosas que nunca sabíamos antes como equipo, pero ahora sí".

Y cerró con su propia expectativa. "No se puede hablar abiertamente de medalla, pero tenemos que tener ese tipo de confianza. Hemos trabajado para eso, y ahora es tiempo de soñar que podemos hacerlo. Hemos dejado en claro que podemos ganarle a cualquiera".