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El partido empezó con un par de movimientos muy interesantes desde lo táctico, como por ejemplo, la decisión de Rick Carlisle de poner a Rajon Rondo a defender siempre a James Harden, cuando en realidad, su marca posicional debía ser Monta Ellis. El ex base de Boston hacía un gran trabajo defensivo sobre Harden, negándole sus lanzamientos y penetraciones clásicas, pero el escolta se adaptó y comenzó a repartir asistencias, a un ritmo poco usual en él.

Dwight Howard, que arrancó determinante tanto en ataque como en defensa, fue el receptor de varios de esos pases y luego de un triple de Ariza, Dallas tuvo que pedir un tiempo muerto, abajo por 14 a 4. El resto del cuarto, ya con Pablo Prigioni en cancha, mantuvo a los locales como dominadores, estirando la diferencia con buenos ingresos de Corey Brewer y Josh Smith, para cerrar el primero arriba por 32 a 19.

Smith mantuvo su buen rendimiento en los primeros minutos del segundo período, aunque Dallas ya tenía otra presencia en el campo y comenzaba a acercarse justamente con un ex Rockets como Chandler Parsons. Luego, fue momento para una seguidilla de puntos de Dirk Nowitzki, que ayudada por una notable mejoría defensiva de su equipo, lograron igualar la historia en 40.

El resto de la primera mitad se mantuvo en paridad, ya con la superioridad de Houston quedando atrás y con los Mavs mucho más concentrados. Rajon Rondo se mostraba intenso y decisivo, esta vez no sólo con sus asistencias, sino también mirando el aro y siendo muy agresivo en su toma de decisiones. Igual, los de McHale pudieron cerrarlo mejor y con un triple de Trevor Ariza se fueron al descanso con ventaja de 59 a 55.

El arranque del tercer cuarto terminaría siendo determinante en la noche texana. Dallas entró algo desconcentrado y con una racha de 6-0, los Rockets volvieron a estirar la distancia al doble dígito (65-55). En el local era excelente el partido de Jason Terry, sumamente preciso con su lanzamiento externo, para castigar a los Mavericks cada vez que ayudaban sobre un ataque de Harden, quien seguía pasando muy bien el balón.

En el final del cuarto, Houston tuvo una pequeña relajación que le dio vida a los de Carlisle. Nowitzki y Amar´e Stoudemire se combinaron en un par de jugadas consecutivas y Monta Ellis anotó un triple en la última posesión, para recortar el camino entre uno y otro y dejar el marcador 84 a 77, al ingresar a los últimos 12 minutos del partido.

El cuarto parcial tendría un héroe inesperado, aunque no tanto para quienes siguen a los Rockets: Corey Brewer (13 puntos en el último período). El perimetral trajo su clásica energía desde el banco, pero a esto le agregó un par de triples sobre la bocina, a los cuales se sumó Ariza, para romper definitivamente la resistencia de los Mavs y llevar la diferencia a 15 puntos.

En la definición ya no hubo dramatismo. Houston lo cerró con cierta comodidad, nunca le dio chances a la visita y se terminó quedando con el primer punto de una serie que promete paridad, por 118 a 108. Más allá del final, los Rockets no se podrán relajar y deberán jugar todavía mejor en el segundo encuentro, contra un Dallas repleto de veteranos y un excelente entrenador, que seguramente hará los ajustes necesarios.

Aunque estuvo bien marcado durante toda la noche (4-11 de cancha), James Harden aprovechó su típica capacidad para sacar faltas (15-17 en libres) para acabar como el goleador de su equipo con 24 puntos. Igual, lo más importante es que no forzó la situación ante la buena marca de Dallas y pudo repartir 11 asistencias. Además, Terrence Jones terminó con 19 tantos y 9 rebotes, mientras que Jason Terry aportó 16 y Corey Brewer 15. En los Mavericks no fueron suficientes los 24 puntos y 8 tableros, con un 10 de 14 de campo del alemán Dirk Nowitzki.

Pablo Prigioni: 2 puntos, 2 robos, 4 faltas, 1 pérdida, 1-1 en dobles y 0-3 en triples durante 21 minutos de juego.