Malvín 56 - Estudiantes de Concordia 66
Estudiantes de Concordia sigue escribiendo páginas doradas en su sorprendente historia. El haberse desarmado casi por completo si tenemos en cuenta el plantel del año pasado al actual no parece haber sido un condicionante para alterar el corazón de un equipo que va más allá de los nombres. Con proyecto renovado, apostando a Lucas Victoriano en su primera experiencia como entrenador, jugándosela por extranjeros talentosos pero debutantes en nuestro país, modificando casi por completo su equipo, el Verde entrerriano demostró que claramente puede reinventarse y esta semana en Salvador de Bahía dio un paso histórico.
Todo salió redondo para el verde, porque en su primera actuación internacional salió a flote en un grupo durísimo y se metió en semifinales de la Liga Sudamericana, después de ganarle a Malvín por un enorme 66-56 en un partido para el recuerdo. El español David Doblas fue la figura con 13 puntos y 7 rebotes, dueño de una actuación clave en el juego interior para fajarse con los grandes de Malvín. Por su parte, Rigoberto Mendoza volvió a demostrar su descollante peso dentro del equipo al anotar 12 puntos y bajar 10 rebotes, mientras que Leandro Vildoza completó el tridente anotador con 10 tantos.
Estudiantes sabía que se jugaba un mano a mano determinante, que las chances estaban en su poder y que no dependía de otra cosa que no sean sus propias posibilidades. Por eso quizá la intensidad con la que salió desde el primer minuto no sorprendió tanto, porque con lo que viene demostrando este equipo en cuanto a su carácter y su voluntad por seguir haciendo historia permitía una ecuación en la que el Verde salga con una mentalidad voraz.
La realidad es que más allá de las fuertes intenciones no tuvo una explosión goleadora y estuvo errático, pero sí encontró el tiro de tres puntos para empezar a marcar una tendencia a futuro. Malvín también comenzó con todo desde los triples, de hecho los uruguayos estuvieron más finos en ese sector, por eso gracias a un muy buen cierre consiguieron adelantarse 15-12. A Estudiantes le costó pasar toda esa energía a un juego más centrado, algo que remarcó Victoriano en aquel inicio buscando una reacción.
De a poco Estudiantes se serenó y cambió su semblante. Siguió mostrando toda esa energía pero la canalizó de otra forma, le sacó productividad y encontró un giro en su tuerca durante el segundo episodio. Uranga y Zurbriggen se reencontraron con los triples, comenzando con una racha perimetral que le sirvió a Estudiante para reacomodarse en el juego y pasar al frente con una capacidad anotadora mucho mayor. Mientras las manos goleadoras de Mendoza pasaron a ser el gran foco en los primeros dos encuentros, esta vez el Verde tuvo otros puntos muy buenos desde la banca (Vildoza, Zurbriggen y Domínguez) y se apoyó en el trabajo de Doblas para asentarse. El parcial de 25 a 12 resultó ser determinante para los entrerrianos, que entraron al descanso 37-28 arriba, sin una diferencia tajante pero potenciando su andar.
Una bomba de Mendoza abrió un tercer cuarto que también sería productivo para el Verde. Sin aflojar ni dejar que Malvín se convierta en una seria amenaza, los de Concordia fueron aplacando cada intento uruguayo por bajar la diferencia y en ese pasaje se hicieron mucho más importantes las apariciones de Bolívar (clave con su tiro de tres puntos) y el incansable trabajo de Doblas en tierra de gigantes. Siempre arriba de los diez puntos, Estudiantes lo fue trabajando y sacó 14 al ingresar al último cuarto, estampando un 53-39 que no solamente resumió su oportuno acierto adelante sino que además plasmó su gran defensa y labor colectiva.
En el último cuarto Malvín metió presión y por momentos lo hizo difícil. Un triple de Vildoza estampó la máxima del partido, que fue de +15 (56-41), y si bien Estudiantes siempre mantuvo el pulso y no cedió la terreno, la realidad es que el cuadro uruguayo fue bajando paulatina y peligrosamente la brecha con el correr de los minutos. El colchón que había sacado el Verde terminó siendo clave porque el asfixio de Malvín nunca llegó a ser lo suficientemente serio, pero el Verde tuvo un par de errores de desconcentración que le dieron vida a su rival y el margen se ajustó. Finalmente, la victoria del equipo de Victoriano terminó siendo por diez, 66-56, sacando adelante un partido no solo a través de su juego sino también de su temperamento, ese carácter que le permite ser hoy uno de los semifinalistas sudamericanos.